Cultura

Arqueólogos descubren un gran complejo termal en Pompeya

El complejo se encuentra en el corazón de una gran residencia que se descubrió en los últimos dos años.

Después de dos mil años oculto bajo metros de rocas volcánicas y ceniza, se ha produjo un hallazgo histórico en la antigua ciudad romana de Pompeya.

Y es que los arqueólogos descubrieron una casa de baños privada, decorada con suntuosos mosaicos y equipada con una serie de salas calientes, templadas y fría, similar a un spa.

El complejo se encuentra en el corazón de una gran residencia que se descubrió en los últimos dos años, durante una excavación de gran envergadura.

“Tenemos aquí quizás el mayor complejo termal en una casa privada de Pompeya. Los miembros de la clase dominante de Pompeya instalaron enormes espacios en sus casas para celebrar banquetes”, expresó Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico de Pompeya.

Salas de baño

Pompeya, la antigua ciudad romana enterrado por cenizas y lava tras la erupción del volcán Vesubio en el año 70 d.C., desenterró este nuevo tesoro en una villa romana, que dispone de un espacio donde los invitados se bañaban antes de sentarse a disfrutar de suntuosos banquetes, de acuerdo con los responsables del yacimiento situado cerca de Nápoles, en el sur de Italia.

“Los afortunados que utilizaban las salas de baño se desvestían en un vestuario con paredes de un rojo intenso y un suelo de mosaicos con motivos geométricos de mármol procedente de todo el Imperio Romano”, señaló Gabriel Zuchtriegel.

Luego se dirigían a la habitación caliente, se sumergían en una bañera y disfrutaban del calor propio de una sauna, proporcionado por un suelo colgante que permitía que el aire caliente fluyera por debajo y paredes con una cavidad por la que circulaba el calor.

A continuación, pasaban a la sala templada, pintada de vivos colores, donde se frotaban la piel con aceite antes de rasparla con un instrumento curvo llamado estrígil.

Por último, entraban en la sala más grande y espectacular de todas: el frigidarium, o habitación fría. Rodeado de columnas rojas y frescos de atletas, el visitante podía refrescarse en la piscina, tan grande que cabían de 20 a 30 personas.

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