La creación de las piñatas perdura en Acolman, Estado de México, gracias a mujeres que han encontrado en las manualidades una forma de crecer de manera personal, profesional y en su tradición.
Su pasión por la imaginación, ha llevado a tres mujeres a montar, desde su casa, talleres de piñatas y abrirse paso al mercado para vender sus obras artesanales no solo durante la temporada navideña, sino para diversas celebraciones.
Yadira Romero, mujer que inició tomando un taller impartido por el gobierno municipal sobre creación de piñatas, logró con el paso de los años, generar un negocio, con el que además apoya a jóvenes madres solteras a obtener ingresos, al emplearlas en su taller “La Casa de la Piñata”.
“He tenido vecinitas o mamás solteras, jovencitas de 18, 20 ó 22 años que están estudiando y me piden que si tengo trabajo para que ellas puedan seguir con sus estudios o mantener a sus bebés’’, afirmó la artesana de piñatas, Yadira Romero.
Yadira montó un pequeño taller en el patio de su casa hace ocho años, pero la demanda y el gusto por las manualidades, la orilló a ampliar la oferta.
“Me empezó a agradar, como me gustan mucho las manualidades es ahí donde me empezó a gustar y cada día fui, mi reto es si ahora hice 100, el siguiente año hacer 150 y así me voy y ahorita más o menos, cada año he hecho un aproximado de 800 o 900 piñatas’’, agregó la artesana de piñatas, Yadira Romero.
Actualmente, Yadira imparte cursos para realizar piñatas y da talleres a niños para que decoren su piñata, además de participar cada año en la Feria de la Piñata, que se celebra cada diciembre en Acolman.
Por su parte, Rosario Flores, comenzó a tomar los cursos de creación de piñatas durante la pandemia, sin embargo, nunca se imaginó que en su casa montaría un taller y que su familia se sumaría a realizar piñatas artesanales.
“La alcaldía de Acolman me llama a ferias, a expos, he estado en la Feria del Burro en Otumba, he estado en la Feria del Caballo en Texcoco, ahorita estuve en la feria del turismo en Xochimilco, en la feria del pulque y otras ferias cercanas que hacen aquí en el municipio, he dado talleres aquí en el pueblo también’’, aseguró la artesana de piñatas, Rosario Flores.
“Es un orgullo porque ahora como que ya todo esto se empieza a perder, como que no inculcamos a nuestros hijos a seguir nuestros usos y costumbres porque eso es, aparte de que seguir la tradición, generamos algo para nuestro hogar’’.
Además de hacer piñatas tradicionales, Rosario imparte cursos en escuelas y hogares para que las familias puedan decorar piñatas de acuerdo a la temporada.
Libia Palma, enfermera de profesión, se ha dedicado, desde hace 24 años, a elaborar piñatas y por falta de un espacio para guardarlas, decidió hacer su taller en el tercer piso de su casa.
“Yo anteriormente, enfrente del municipio rentábamos un lugar, pero como no se puede rentar seguido y lo rentábamos en un cierto tiempo y nos pidieron el lugar y no teníamos en dónde’’, consideró la enfermera y artesana de piñatas, Libia Palma.
“Yo después finqué aquí, dije, el tercer piso no le voy a echar losa, le voy a poner láminas para no agujerar tanto la pared para mi taller y siempre fue mi taller’’, agregó la enfermera y artesana de piñatas, Libia Palma.
Actualmente, son alrededor de 50 los artesanos que elaboran piñatas durante todo el año, sin embargo, durante esta temporada aumenta la demanda por personas externas al municipio, para vender en la tradicional Feria de la Piñata, que año con año se celebra en la explanada municipal, llegando a encontrar más de 100 puestos con venta de diferentes tipos y precios de piñatas.