La tarde ya empezaba a dar paso a la noche en la explanada del Auditorio Nacional, a paso apresurado el público llegó a una cita pendiente con El Diego, el intérprete que re posicionó el flamenco y se atrevió a fusionarlo.
Así lo vivieron los asistentes.
“Más que nada el estilo que es único, así es, por eso venimos a verlo ahora qué hay oportunidad”, Rodolfo López, público
“Dos años con los boletos comprados antes de la pandemia se compraron y los tuvimos guardaditos, guardaditos”, Rosario Zarza, público.
“Estoy súper emocionada, soy fan de él desde hace mucho tiempo”, Lupita Ruiz, público.
“Somos sus fans de toda la vida, nos encanta como canta… Es un monstruo, jajajajajaja”, Alejandri, público.
Hubo quien tomó un vuelo desde Los Ángeles, California.
“Vengo desde Los Ángeles a ver a Diego El Cigala, nada más y pasar el día de las madres con mi hermana”.
La velada comenzó suavecito, bajo las notas del piano, bajo y percusiones, un recorrido por el icónico “Lágrimas Negras” ese disco que presentó a El Cigala con México.
Siguió su “Homenaje a México” con el Mariachi Gama Mil, Los Macorinos, Los Panchos, La Sonora Santanera y los gritos y suspiros iban in crescendo.
Diego El Cigala recordó a Manzanero, Vicente Fernández, le cantó a Martín Urieta y se animó a poner a bailar a un público dichoso de haber disfrutado dos horas de música surgida desde el corazón.