El 19 de junio, de hace tres lustros, falleció Carlos Monsiváis.
Nacido en la Ciudad de México en 1938, afecto a los libros desde la infancia, se convirtió en un profesional del intelecto; pensar y escribir sobre literatura, poesía, cine, política, diversidad de género, arte y, sobre todo, cultura popular. Destacó una forma de expresión con características tan atractivas como particulares.
“Creo que el uso del humor, pues modificó tanto su escritura, como la imagen misma de Carlos Monsiváis, porque para mí es el último intelectual público de este país”, consideró el periodista Jesús Ramírez.
Los medios de comunicación fueron espacio propicio para difundir su saber. El investigador Antonio Saborit destaca la notable labor de Monsiváis al editar una publicación.
“Monsiváis, como editor, siempre entendió la obligación de abrir las páginas del suplemento a una discusión seria y detenida sobre la cultura en todas sus manifestaciones”, resaltó.
Temas que nutrieron sus crónicas, artículos, libros y conferencias, contenidos que de manera frecuente difundieron periódicos y programas de televisión.
“Coleccionista, museógrafo, diverso o uniforme, poliamoroso o monógamo porque, además, me acuerdo mucho de sus frases sin drama, no hay relación amorosa posible”, dijo el periodista Jenaro Villamil

Monsiváis, un ávido lector
Si bien realizó estudios en las facultades de Economía y de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su saber provenía de la gozosa lectura voraz.
Carlos Monsiváis fue poseedor de alrededor de 24 mil ejemplares, entre libros y revistas, que abarcan todo tipo de géneros y temas, acervo que se conserva en la Biblioteca de México en la Ciudadela, en un espacio diseñado con elementos referentes a su personalidad, como los gatos, luchadores y libreros que simulan estructuras urbanas, propias de su entorno.
“Editor o colaborador, la alta cultura o la cultura popular, visionario o retardatario, melómano o adicto al cine, tolerante o intransigente, generoso o competitivo, en esos dilemas estaba Carlos siempre”, refirió Villamil.
Si hace 15 años Monsiváis no hubiera fallecido, su vida ahora sumaría 88 años. Partió de este mundo cuando contaba con 72, sin embargo, tiempo atrás había alcanzado la inmortalidad.
Más de 50 libros de su autoría, entre crónicas y biografías, además de otro tanto de publicaciones colectivas, denotaban su cualidad como intelectual, referente solicitado en entrevistas, presentaciones de libros, charlas y conferencias magistrales.
Carlos Monsiváis, aún ausente, más vivo que nunca.