El Proyecto Lyobaa, enfocado en caracterizar el subsuelo de Mitla mediante técnicas geofísicas no invasivas, realizó la segunda etapa para recolectar datos de los grupos del Calvario, del Arroyo y del Sur de esta zona arqueológica oaxaqueña, prospección que permitió confirmar la temporalidad y configuración de dichos complejos arquitectónicos, e identificar deterioros en algunas estructuras.
En la primera etapa, la iniciativa científica multidisciplinaria, se enfocó en áreas de los grupos la Iglesia y las Columnas.
Los especialistas del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Oaxaca y de la Dirección de Estudios Arqueológicos, Leobardo Pacheco Arias y Denisse Argote Espino, en colaboración con los expertos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, Andrés Tejero Andrade y Martín Cárdenas Soto, con sus respectivos grupos de trabajo, volvieron al asentamiento para aplicar tres técnicas geofísicas en septiembre de 2023.
Se utilizó el radar de penetración terrestre (GPR, por sus siglas en inglés) y las tomografías de resistividad eléctrica (TRE) y de interferometría de ruido sísmico ambiental (TIRSA) en patios, habitaciones y banquetas de los grupos del Calvario, del Arroyo y del Sur, conjuntos dispersos en la mancha urbana del municipio San Pablo Villa de Mitla.
La lectura de los datos recabados y su procesamiento preliminar llevan a inferir que el Grupo del Arroyo, localizado en la zona central del sitio y compuesto por tres cuadrángulos comunicados por pasillos, data del penúltimo momento de ocupación de Mitla, alrededor de 1200 d.C., en los inicios del periodo Posclásico Tardío, “en donde, a diferencia del Grupo de las Columnas, examinado en 2022, no se observaron subestructuras”, informó la arqueóloga Denisse Argote.
“El Grupo del Sur es, probablemente, el más antiguo de Mitla, y data del periodo Clásico (200-800 d.C.), de ahí que el asentamiento se expandió hacia el otro lado del río, en los grupos del Calvario y El Arroyo; después, vendrían los grupos de las Columnas y de la Iglesia. Al parecer, así se dio el crecimiento de la ciudad”, indicaron Argote y Pacheco.
En el Grupo del Calvario, rodeado por edificios modernos, pero donde es posible apreciar algunos recubrimientos de roca trabajada, las técnicas geofísicas permitieron observar indirectamente que corresponde a la misma temporalidad que el Grupo del Arroyo.
Los investigadores del INAH detallan que el también conocido como el Grupo del Adobe consta de una plaza cuadrangular rodeada por cuatro montículos con núcleos de barro (de ahí el nombre del conjunto), siendo más alto el del lado este, el cual, al parecer, sostuvo el principal templo de ese conjunto prehispánico y al que sustituyó una capilla católica, en el siglo XVII.
Los investigadores pudieron determinar que, si bien, el núcleo de la estructura escalonada está sólida, la cimentación de la capilla histórica requiere de una intervención a corto plazo para garantizar su conservación, por lo que deben tomarse medidas para asegurar su estabilidad estructural. Aunque la Capilla del Calvario no está abierta al culto, en Semana Santa suben peregrinaciones y frecuentemente curanderos acuden a este sito sagrado y mantienen una ritualidad viva.
“Existen grietas en el inmueble histórico, dado que no cuenta con cimentación y, por debajo, en lo que corresponde a los restos del edificio prehispánico, pareciera que hay zonas con pequeñas oquedades. Hemos informado al comité encargado del lugar, así como al Centro INAH Oaxaca, para tomar acciones de prevención inmediata, como el apuntalamiento”, señalaron los investigadores del INAH.
Argote Espino anotó que, con esta segunda etapa, el Proyecto Lyobaa ha finalizado sus trabajos; en general, los tres métodos geofísicos para el estudio del subsuelo de la Zona Arqueológica de Mitla produjeron información relevante que permitió inferir la existencia de estructuras y rasgos de interés arqueológico.
“Más aún, estas técnicas no invasivas han contribuido a determinar la configuración subterránea de Mitla, la antigua Lyobaa (Casa de tumbas, en lengua zapoteca); la ciudad sagrada por excelencia para la veneración de los ancestros y donde, posiblemente, estaban los bultos sagrados o quiña de los gobernantes”, agregó Argote Espino.
Aunque se han logrado obtener resultados preliminares, los datos aún se encuentran en fase de procesamiento, por lo que no se descarta que puedan detectarse otros elementos arqueológicos, como cavidades, pisos o muros. La fase final del procesamiento de los datos, la cual incluye la generación de modelos 3D del subsuelo y su interpretación, se entregarán en próximas fechas a las autoridades respectivas.