El 72º Festival de cine de Berlín otorga este miércoles su Oso de Oro tras poco más de una semana de cine muy ecléctico, desde la memoria histórica a la provocación sexual, pasando por la pura experimentación.
Dieciocho películas compiten por el máximo galardón del certamen, llevado a cabo estrictas medidas sanitarias y aforo reducido, lo que dio un extraño aire a los eventos públicos.
La actriz francesa Isabelle Huppert, de 68 años, estuvo ausente de la gala en su honor el martes por la noche precisamente a causa de COVID-19 y no pudo recoger personalmente el Oso en Honor a toda su carrera.
Tras el desfile por la alfombra roja, en la que no abundarán las estrellas, la ceremonia final arrancará a las 19:00 horas.
El jurado presidido por el cineasta estadounidense Night Shyamalan tiene sobre la mesa un abanico muy vasto de estilos.
Empezando por el recuerdo de hechos históricos, “Call Jane”, la única película estadounidense a concurso, rememora la lucha por el aborto de los años 1970.
“Rabiye Kurnaz vs George W. Bush” narra la lucha legal de un madre cuyo hijo estaba encarcelado en Guantánamo, tras los atentados de 2011.
“Un año, una noche”, del español Isaki Lacuesta, narra las dificultades de una pareja superviviente al atentado yihadista contra la sala de fiestas Bataclan en París (2015).
Sobre un fondo de agitación política de los años 1960, la indonesia “Nana” cuenta por su parte el desgarro amoroso de una mujer casada con un hombre mayor.
El amor, la pasión devoradora, fue quizás el tema más presente en el certamen de este año.
Es el caso de “Peter von Kant”, del francés François Ozon, “Avec amour et acharnement”, de Claire Denis, o “AEIOU” de la alemana Nicolette Krebitz.
Todas ellas fueron películas rodadas el año pasado bajo las restricciones de las medidas anticovid, lo que dio un tono intimista a la filmación.
Pero la Berlinale, conocida por su apuesta por el cine independiente y vanguardista, también abrió directamente la puerta a la crudeza sexual.