Irasema tiene 30 años. Su espíritu alegre y combativo contagia a cualquiera que conversa con ella. Es amable, cálida y está convencida de que la sororidad es fundamental para resistir ante las adversidades cotidianas. En sus cuentos, en cada estampa y en cada palabra que emerge de su avispada pluma, se encuentran confesiones íntimas que conllevan al ente lector a navegar entre el murmullo y la fascinación.
Sus murales, plasmados en las paredes de esta ciudad y en sus periferias, dialogan con aquellos espíritus anónimos que se resguardan entre el tráfico y sus historias.
Irasema Fernández (1990) compartió algunas reflexiones con Once Noticias sobre su obra y algunos temas que la atraviesan, así como algunas risas y confesiones pandémicas.
La práctica artística de Irasema se expande del terreno visual a la escritura, del activismo feminista a la intervención urbana. Su obra no se limita a la literatura, sino que se expande en el espacio público. En sus trazos, en sus murales o en cada palabra no hay estoicidad sino grito, lucha y movimiento.
La ruta de sus prácticas conlleva al artivismo interseccional; explora las narrativas de los cuerpos femeninos, desde su contexto y en convergencia con otras categorías de acción: descoloniales, periféricas, políticas y estéticas. Su obra es parte de una lucha anti-patriarcal y a favor de los derechos humanos.
En sus expresiones visuales resalta el cuerpo y “la importancia de leerse a sí misma.” Aunque también, considera que “es importante reflexionar sobre las periferias, quiénes las viven y las habitan.” Considera que prevalece una lectura negativa de ellas, por lo que voltearlas a ver es parte de recuperar su propia experiencia; mirarlas desde afuera para también valorarlas con otros ojos.
Y ante la adversidad pandémica… la protesta callejera.
Narrativas móviles es el último proyecto de Irasema. A través de la protesta callejera, valora la incidencia política de este tipo de intervención. Ella busca crear imaginación política, que detone nuevas comunidades y genere diálogos; considera fundamental y necesario un arte capaz de transgredir al espacio público. Por ello, su propuesta es la libre apropiación de sus diseños: en su página, sus diseños son puestos a disposición del público, para que puedan ser descargados, impresos y que puedan circular en cualquier pared. En cada uno de ellos se expresan mensajes de lucha y resistencia.
A pesar de los tiempos de emergencia sanitaria, en el que prevalece la desesperanza y el miedo, Irasema no ha parado sus procesos creativos e invita en cada una de sus ilustraciones, intervenciones callejeras o en cada palabra, a generar comunidad, sororidad y a reinventarse en el artivismo interseccional, como ruta a la resistencia.
Irasema Fernández nació en la periferia, aunque ahora vive en la ciudad. Estudió Letras Hispánicas (UNAM) y ha sido becaria por el programa de Jóvenes Creadores del FONCA. Algunos de sus textos aparecen en Diario de la pandemia (2020), Sin mayoría de edad (2019) y Antología de Jóvenes Creadores del FONCA Generación 2017/2018, 1er período (2018). Ha diseñado portadas de libros como La costa de los murmullos, de Lidia Jorge y Un útero es del tamaño del puño de Angélica Freitas. Sus murales aparecen en Nezahualcóyotl, Cuajimalpa, Santa Clara Acatitla, Polanco y en el Ángel de la Independencia, sólo por mencionar algunos. Firma como @lazurdaproducciones.
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