Susan Sontag, en Sobre la fotografía (1977), afirmaba que “el fotógrafo saquea y preserva, denuncia y consagra a la vez.” Tal aseveración se reanima con la fuerza de la imagen que deviene del obturador de Iván Castaneira. La mitad de su vida se ha dedicado a acompañar y a ser testigo de diversos movimientos sociales; ha logrado capturar, denunciar y consagrar, rostros y resistencias en América Latina.
Su trabajo ha aparecido en diversos medios, tanto en México como en América Latina. Ha colaborado con diversas agencias como Al Jazeera America, AJ+, TeleSUR, El País y The Guardian. También ha trabajado en distintas organizaciones como Greenpeace, New Media Advocacy Project y EarthRights International.
Iván conversó con Once Noticias sobre su trabajo y compartió algunas reflexiones sobre su andar en el mundo, su experiencia en el gremio y las luchas sociales que le ha tocado atestiguar.
En sus inicios
Iván con su estilo relajado, rememora sus inicios en el fotoperiodismo. Comenta que fue en la preparatoria cuando tuvo sus primeros intereses en la foto. Sin embargo, fue por su primo –que en cierta visita de ánimos veraniegos llegó con una cámara– que se enamoró de aquella herramienta. Iván estudió diseño en la ENAP (UNAM) sin embargo, su interés siempre estuvo en los temas sociales. Al respecto comenta que: “tenía interés en los movimientos sociales. Fue así que descubrí el fotoperiodismo y el fotodocumental. Combinaba el activismo social con la fotografía.”
Trabajó en los talleres de Jesús Villaseca, en el Faro de Oriente, y participó en el proyecto ‘Latitudes’: “ahí fue mi primera entrada al fotoperiodismo.”
Ivan comparte a Once Noticias que en sus inicios recorrió México con su cámara. Esto lo llevó a encontrar trabajos con medios y organizaciones que lo llevaron a cubrir notas por Centroamérica y Sudamérica.
Los temas que siempre le han interesado son: derechos humanos, migración y más recientemente, la defensa del territorio y el medio ambiente.
Algunas enseñanzas: “hay que ser muy realistas de quién eres y desde dónde estás mirando y trabajando.”
Al rememorar algunas enseñanzas personales y profesionales recuerda que en sus inicios uno de los temas que más trabajó fue la migración: “me tocó acompañar a grupos migrantes, sobre todo en la frontera sur de México. Ahí entendí muchas cosas. Ver cómo la gente busca obtener mejores oportunidades de vida y ver que hay injusticia, violencia. Es muy duro.”
Otra experiencia que considera un parteaguas en su carrera profesional fue el terremoto de Nepal, en 2015:
Fue una de las experiencias más grandes que tuve. Me lancé a la aventura, para saber cómo era cubrir una zona de desastre. Fue otra etapa de mi trabajo, porque no sólo es tomar foto, es el trabajo de producción y preproducción: hacer relaciones, clientes, ver cómo escribir las historias. El reto fue establecer un método de trabajo y darme cuenta de mis alcances. Hay que ser muy realistas de quién eres y desde dónde estás mirando y trabajando.
La experiencia de Ecuador
Iván vive en Ecuador. Los vaivenes laborales lo han llevado a asentarse, de forma temporal, en el país al que le escribió sus más grandes versos César Dávila en “Elegías de las mitas”.
Es ahí en donde vivió otra de las experiencias que lo han marcado: fue en Guayaquil. Esta ciudad ha padecido el infortunio y la desolación, debido a que ha sido una de las ciudades más golpeadas por el Covid-19. Iván comenta a Once Noticias que:
Es la ciudad más desigual de Ecuador. Prevalece el abandono del Estado. Muchas muertes en las calles. Cuando enviaron un vuelo humanitario, con las vacunas, la gobernadora de Guayaquil mandó poner a unas camionetas cruzadas y cerró la pista de aterrizaje, para evitar que llegaran los vuelos. Además, prevalece el silencio. Por ejemplo, la información sobre las vacunas es confidencial. Es un país que guarda silencio: no hay reglas, no hay apertura ni acceso a la información.
En lo que respecta a la defensa del territorio, el fotoperiodista menciona a Once Noticias que prevalece la impunidad y que el costo del extractivismo es muy alto: “están destrozando a la Amazonía.” Comenta que aunada a la pandemia hubo un accidente ambiental en este lugar: “hubo contaminación por derrame de petróleo, el peor de los últimos 15 años. Contaminó a poblaciones indígenas.” Y es que ya lo advertía Dávila en sus versos dolorosos, hace poco más de 40 años, cuando hablaba de los efectos por la destrucción causada por los saqueadores: “nosotros hemos sufrido el mundo horrible de sus corazones.”
Por otro lado, y con un tono esperanzador, afirma que compartir la experiencia con las comunidades indígenas de la Amazonía ha sido un gran aprendizaje: “he aprendido mucho sobre la visión de la medicina tradicional. Es otra forma de vivir el Covid.” Y es ahí cuando Dávila acierta al celebrar el regreso y el triunfo de los pueblos: ¡Regresamos! ¡Pachacámac!
Iván comparte a Once Noticias que, a pesar de trabajar temas sociales, en la actualidad ya no toca, por ejemplo, temas como desapariciones y violencia:
Agarré mucha desesperanza y es muy triste. Por eso ahora estoy en temas del territorio y medio ambiente. A pesar de todo lo que pase, siempre regresar a las montañas o ir a la selva es esperanzador. Hay muchos frentes en los temas sociales y este es en el que estoy.
Iván invita a las nuevas generaciones de periodistas a documentar sin esperar a las agencias. Comparte que lo más importante en el oficio es “ser honesto con lo que se quiere y con lo que se hace.”
En la actualidad Iván Castaneira desarrolla el proyecto Ojos de la tierra, que recopila el trabajo que ha realizado con medios y organizaciones. Considera que ese proyecto le permitió ver que la defensa del territorio ha sido una constante en su oficio: “con ese proyecto salí y caminé,” finaliza con una sonrisa que delata su pasión.
Redes