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“El mar es un pixel”, del mundo contemporáneo al exceso de tecnología

La obra de teatro "El mar es un pixel" pretenden una especie de ciencia ficción, cuya historia parece ocurrir en el pasado, pero con miras al futuro inmediato podría deparar.

En un pequeño pueblo, la aparición de una lista misteriosa y un juguete transforman la vida de sus habitantes.

“Llega sin ningún merecimiento particular, sin haberlo comprado, sin haberlo pedido, y es un juguete que promete mejorar la calidad de vida casi de manera instantánea. Promete ayuda logística, afectiva, sexual”, explica David Gaitán, director de esta puesta en escena.

El uso desmedido de la tecnología que determina el honor, es el tema central que explora la obra de teatro “El mar es un pixel”.

“Son esos gestos tecnológicos que reconfiguran el mundo y la sociedad. Siento que hay distintos ejemplos a lo largo de la historia de la humanidad que me entusiasman: la rueda, la televisión, el teléfono, el internet; ahora la conversación se vuelca hacia la inteligencia artificial”, compartió David Gaitán.

La historia transcurre en la sala de una casa, donde ocurren las discusiones y desencuentros entre cuatro habitantes de la comunidad con distintos oficios y necesidades.

“Continuamente nos descubrimos en esa experiencia del presente en donde sentimos que estamos habitando el futuro, nos sentimos alcanzando lo que antes sólo era ciencia ficción, y siento que en ese estado es en el que están habitando los personajes de la obra”, explicó el director.

Una de las peculiaridades de la obra es el lenguaje que utiliza, ya que está escrita en verso, en rima y métrica rigurosa, lo cual le da una musicalidad y un efecto de contemporaneidad muy particular.

El mar es un pixel” tiene sus últimas funciones este fin de semana en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al sur de la Ciudad de México.

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