Cultura

Reciben a fieles difuntos con velada mágica en Pátzcuaro

Los habitantes Tzurumútaro adornan con esmero las tumbas de sus difuntos desde temprana hora del primero de noviembre.

La noche del primero al dos de noviembre muchas personas no duermen en Michoacán, ya que van al panteón a la velada, para recibir a sus fieles difuntos.

Un ejemplo de ello es el panteón de Tzurumútaro que se ilumina con miles de veladoras y cirios para guiar a los seres queridos que vienen del más allá.

“Es la noche más importante, vamos a ver lo que son las tumbas donde sus familiares hacen la velación toda la noche, cada vela, cada sirio, cada ofrenda tiene un significado y pues es algo muy padre, la verdad muy bonito para todas las generaciones”, comenta José Guerrero, turista en aquél lugar.

VIDEO: Raúl Mejía

Los habitantes de esta localidad, ubicada en la zona lacustre de Pátzcuaro, adornan con esmero las tumbas de sus difuntos desde temprana hora del primero de noviembre, a fin de que todo esté listo para cuando comience a oscurecer.

Con orgullo explican el significado de cada uno de los elementos con los que arreglaron el espacio donde descansan sus seres queridos.

“Las ofrendas por lo general siempre llevan una foto de la persona que falleció, la fecha, alguna pequeña frase de un recuerdo de la familia, se les pone la comida que les gustaba, incluso las bebidas, si tenían algún deporte favorito sus camisas, cosas por ese estilo”, cuenta Giselle, habitante de Tzurumútaro, Michoacán.

VIDEO: Raúl Mejía

Esta tradición atrae a Michoacán a turistas de distintas partes del mundo donde la muerte es algo triste, por lo que les sorprende la alegría y la manera en que los mexicanos conviven con ella.

“Es muy impresionante, muy diferente cómo se celebra en Países Bajos, soy católico también, pero ese día es muy triste, sólo para pensar en los que no están con nosotros y es un poco triste”, cuenta Peter Cranenburg, turista Países Bajos.

La noche llega a su fin. El día se hace presente, al amanecer el panteón se encuentra semidesierto.

Ya es 2 de noviembre, la gente regresa en el transcurso de la mañana para continuar con la velada.

En Tzintzuntzan las personas aprovechan, llevan alimentos y bebidas al panteón para comer con sus fieles difuntos, no pueden faltar los taquitos, el molito y, por qué no, una cervecita bien fría para el “desempance”.

La música de la banda suena por todo el panteón, la fiesta se encuentra en su apogeo y la gente aprovecha para cantar y bailar.

Pronto llegará la tarde y será la hora de partir, mientras hay que disfrutar los últimos minutos de la fiesta.

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