A los quince años, Marco Ugarte se inició en la fotografía. Y ese año, en 1973, ocurrió el golpe de estado en Chile, cuando Augusto Pinochet derrocó al gobierno del presidente Salvador Allende.
A partir de ese momento, Ugarte aprendió el oficio y los riesgos del fotoperiodismo.
“Como era un joven muy inquieto, muy audaz, no le tenía miedo a la dictadura. Me crié con la dictadura. En las imágenes se nota que no tenía miedo porque era joven. Si me preguntas, a estas alturas, no tengo idea de cómo lo hizo aquel chavo que se llama Marco Ugarte”, señaló el fotoperiodista.
Cubrió la dictadura chilena, con más de 60 compañeros, y vivió escenas que jamás se borraron de su memoria.
“Nos tocó ver cuando quemaron al fotógrafo Rodrigo Rojas Denegri, a la distancia, por supuesto, porque estaba lleno de policías, del ejército. Ver detenciones, asesinatos, y ver todas esas atrocidades”, comentó.
Compiló el libro “Testimonios”, que culminó los 17 años de dictadura, con la muerte de Pinochet.
“El día que murió el dictador yo fui a Chile y pedí permiso en la oficina para decir que iba al funeral de Pinochet; y me dijeron que Pinochet no se había muerto y les dije sí, pero se va a morir. Estaba en el Hospital Militar, y cuando llegué a la semana se murió y terminé mi libro con esa última imagen del dictador”, añadió Ugarte.
Ahora se expondrá en los pinos una muestra fotográfica de su trabajo, junto con 50 actividades culturales que conmemoran los 50 años del golpe de estado en Chile.