Cultura

Filarmónica de la Ciudad de México interpreta clásicos de Ennio Morricone y Nino Rota

Aplausos de pie y la mirada satisfecha de los músicos al haber tocado el alama de las y los asistentes.

Dos semanas antes de la cita, los boletos del cine concierto de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México se agotaron. Llegó el día y la satisfacción de lograr un sitio en la Sala Silvestre Revueltas estaba en su punto más alto.

“En cuánto vimos los compramos rapidísimo, así cinco minutos y justo estábamos viendo que ya no había y la verdad fuimos afortunados”, comentó Virginia Sagüita, quien pudo asistir a este concierto. 

En ese sentido, Gabriel López de sonido Gallo Negro, antes de su concierto en el Salón Los Ángeles fue a saldar un pendiente con el compositor Ennio Morricone.

“Ya no tuvimos la fortuna de verlo por segunda vez, cuando canceló la última visita que tenía programada y cada vez se interpreta su música es una ocasión muy especial hicimos como el espacio en la agenda para venir a escucharlo”, comentó Gabriel López del Sonido Gallo Negro. 

Después de ello, el espectáculo único comenzó con el tema de “Los Intocables” de Brian de Palama y fragmentos de la cinta en pantalla. Siguieron, “Por unos Dólares Más” de Sergio Leone; “Erase una vez en el oeste”, y “Magdalena y el profesional” de Kawalerovicz. 

Todas con música de Morricone, entró a escena fulgurosa “La Dolce Vita” de Fellini con múscia de Nino Rita, también figuró “El Padrino”, “La Misión”; “Cinema Paradiso” y “El Bueno, el Malo y el Feo”, entre otros clásicos. 

Alrededor de 80 minutos de evocaciones y descubrimiento guiados por el director huésped Alex Johansson y la participación de la soprano Angelica Alejandre. 

“Me encantó, yo soy hija de uno de los músicos de la orquesta y fundadores también, la verdad es un programa muy especial que no tenemos todo el tiempo y vemos qué hay lleno de sala, es algo muy positivo para la orquesta”, dijo María Meza, pianista. 

Aplausos de pie y la mirada satisfecha de los músicos al haber tocado el alama de las y los asistentes, la Sala Silvestre cerró sus puertas con el eco de suspiros y notas escritas por dos grandes Rota y Morricone. 

Back to top button