La conservación en zonas arqueológicas, como Palenque, en Chiapas, es una carrera contra los elementos: desde el sol, la humedad, la lluvia y la vegetación, hasta los murciélagos, reptiles y otras especies animales que habitan en el sitio, producen huellas de deterioro en el patrimonio, cuyos efectos son atendidos por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Durante el último año y como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en el marco del proyecto Tren Maya, expertos en restauración y conservación, ayudados por trabajadores locales, han intervenido diversos frentes del conjunto arquitectónico conocido como el Palacio.
“Hemos tratado de ayudar al edificio a funcionar de nuevo”, explica la coordinadora de los trabajos de conservación del Promeza en Palenque, Haydeé Orea Magaña, al resaltar que los cinco espacios mejor preservados del Palacio, aquellos que desde su construcción, entre los siglos VII y VIII, hasta hoy mantienen sus cubiertas y algunos de sus elementos internos, han sido estabilizados.
Por las severas condiciones medioambientales, la conservación de las casas denominadas A, B, C, D y E ha requerido que en los últimos 20 años se sumaran recursos del Centro INAH Chiapas, de la Zona Arqueológica de Palenque, de la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete, de la Embajada de los Estados Unidos de América y, ahora, del Promeza.
Las acciones de esta temporada, coordinadas en campo por los restauradores Jorge Coraza Borjas y Constantino Armendáriz Ballesteros, se han centrado en la limpieza y consolidación de los relieves estucados de las pilastras, en las cubiertas e interiores de las casas A, C y D.
De acuerdo con Coraza Borjas, estas labores, las cuales también implicaron la impermeabilización de las techumbres y la reposición de juntas constructivas con materiales compatibles como morteros de cal y arena, han permitido indagar en las técnicas constructivas mayas.
“Los palencanos colocaban ‘almas’, que son piedras dispuestas con cierta regularidad, y sobre las cuales modelaban el estuco para crear decorados y dar volumen a los personajes o las escenas que plasmaban. Y es restaurando esos elementos que te das cuenta del dominio que tenían en arquitectura y de la exhaustiva planeación con la que construyeron estos edificios”, refiere.
Entre julio de 2022 y julio de 2023, las restauradoras adscritas al Promeza, Stephanie Juárez Rodríguez y Valeria Villalvazo Valtierra, limpiaron, consolidaron y reintegraron cromáticamente 11 pilastras: seis en la fachada oeste de la Casa D y cinco en la este de la Casa A.
Cada pilastra mide cuatro metros de alto por dos de ancho, y aunque en siglos pasados fueron objeto de saqueos o perdieron muchos de sus relieves, se teoriza que narran episodios relevantes en la historia de Lakamha’, el nombre prehispánico de Palenque.
Otros elementos atendidos con la misma metodología, por la restauradora Krista Velarde Bernal, son 13 medallones –de 76 centímetros de alto por 74 centímetros de ancho, en promedio– distribuidos en el muro central de la Casa A.
Únicos en el Palacio, dichos medallones fueron retratos de gobernantes o personas relevantes de la elite palencana, lo cual se supone por los vestigios de torsos y cuellos que hay en cada uno. De acuerdo con los especialistas, la Casa A, que se cree fue la entrada principal de la edificación funcionó como una galería de índole política e histórica para los visitantes.
Con apoyo del dibujante Daniel Gómez García, el estado de conservación previo, durante y después de cada una de las intervenciones, ha quedado registrado digitalmente; esta labor no solo da forma a los informes técnicos de los expertos, sino también, se prevé derive en una publicación sobre la estética del monumento prehispánico.
Cabe subrayar que, por motivos de conservación y al término de las acciones del Promeza, las autoridades de la Zona Arqueológica de Palenque implementarán un nuevo circuito de visita en El Palacio, en el cual ya no se ingresará a las casas y se evitará el contacto con los relieves estucados.