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Hueso 124 de la Tumba 7 de Monte Albán describe alianza entre mixtecos y zapotecos

A 91 años de su hallazgo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que la Tumba 7 de Monte Albán y la variopinta ofrenda dispuesta en su interior, siguen arrojando luces sobre los antiguos lazos dinásticos mixtecos y zapotecos, un espacio funerario que durante su reutilización en el periodo Posclásico (1200 y 1400 d.C.) sirvió como una especie de santuario-oráculo.

Un equipo interinstitucional y multidisciplinario, coordinado por la directora del proyecto Conjunto Monumental de Atzompa, Nelly Robles García, hizo una nueva lectura de los bienes descubiertos en 1932, por Alfonso Caso y su equipo, entre ellos, los más de 40 huesos de animales con grabados –en su mayoría de jaguar y algunos de águila–, los cuales presentan el mismo estilo y las convenciones iconográficas que las de los códices mixtecos posclásicos.

Desciframiento

Los decanos de la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, Maarten Jansen y Gabina Aurora Pérez Jiménez, han puesto especial atención al desciframiento del Hueso 124, el único texto histórico detallado que puede leerse dentro de la Tumba 7, la cual ­debió servir como santuario de los ancestros y sepultura de la señora mixteca Iyadzehe Qui-sayu Tedzaandodzo 4 Conejo “Quetzal”, de la dinastía de Teozacualco.

De acuerdo con la interpretación de ambos expertos, en este fragmento óseo tallado se describe cómo el anciano Señor 5-Flor “Jaguar” visitó el Templo Precioso, en busca del consentimiento de su difunta esposa, la Señora 4 Conejo, para el matrimonio de la nieta de ambos: la Señora 6-Agua, con el Señor 4-Agua “Águila de Sangre”, a su vez hijo del rey de Tilantongo.

En su ocupación posclásica, indican, la Tumba 7 funcionó como un dzoco yeque o sepultura de señores, a la par de la Tumba 1 de Zaachila, para entonces la capital zapoteca, dedicada al Señor 5-Flor.

“Según nuestra hipótesis, el Señor 5 Flor de Zaachila depositó el Hueso 124 en la Tumba 7 y anunció el compromiso de matrimonio, paz y continua alianza entre la dinastía zapoteca de Zaachila y la dinastía mixteca de Tilantongo. La alianza pudo haber sido forjada, inclusive, antes del matrimonio mismo, lo que nos da un periodo para el evento registrado en el hueso, entre 1325 y 1340”, señalan los investigadores.

Los personajes referidos en dicho fragmento óseo grabado se pueden identificar en los códices mixtecos, entre ellos, el Tonindeye (Nuttall), Yuta Tnoho (Vindobonensis) y el Ñuu Tnoo-Ndisi Nuu (Bodley), con los que fue contrastada la lectura.

Así, Maarten Jansen y la investigadora mixteca Gabina Pérez Jiménez indican que la protagonista de la escena, la Señora 6-Agua, fue hija del Señor 2 Perro, hijo del gobernante 5-Flor y la Señora 4 Conejo, y heredero de Teozacualco.

En el centro, el Hueso 124 menciona a un Templo de las Joyas o ‘Templo Precioso’, el cual pudo encontrase encima de una cueva, dentro de ella o subterráneo. Este templo emite volutas de habla, las cuales sugieren una función como oráculo que, en este contexto narrativo, donde se consulta con el ‘más allá’, sería la Tumba 7 sostiene el también catedrático emérito de la Universidad de Bonn, Alemania, detallan los decanos.

Asimismo, menciona que, en otras palabras, como menciona el texto del hueso, la Señora 6 Agua, efectivamente, vino de la ‘tierra del dios de la lluvia’, la Mixteca, y que fue su abuelo paterno quien la guió al Templo Precioso.

En tanto, su prometido, el Señor 4 Agua ‘Águila de Sangre’ aparece empujado por el rey de Tilantongo, el Señor 9 Serpiente, ‘Jaguar que enciende la guerra’, su padre puntualizó.

Desafortunadamente, concluyen ambos investigadores, la alianza de la Señora 6 Agua y el Señor 4 Agua no duró mucho, pues este falleció hacia 1341 d.C., y ella contraería segundas nupcias con el rey de Tlaxiaco.

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