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Identifican fósil de insecto que se alimentaba de cadáveres de dinosaurios

Los rastros, correspondientes a un escarabajo derméstido, se hallaron en huesos de un hadrosaurio, el cual habitó hace 69 millones de años.

Un equipo de especialistas en paleontología y ciencias de la Tierra identificó una nueva icnoespecie de escarabajo derméstido que se alimentaba de cadáveres de dinosaurios hace aproximadamente 69 millones de años.

Este descubrimiento se realizó a partir del análisis de huellas fosilizadas en los huesos de un dinosaurio herbívoro, conocido como dinosaurio pico de pato, hallado en el estado de Coahuila, México, durante el periodo Cretácico.

Las huellas fósiles, denominadas icnofósiles, son los vestigios de la actividad de organismos del pasado y reflejan sus patrones de comportamiento. En este caso, las huellas de la nueva icnoespecie, nombrada Cubiculum subcorticalis n. isp., fueron encontradas en un metatarso del dinosaurio pico de pato, específicamente en el hueso de la base del dedo de la pata trasera.

Equipo de investigación

El equipo de investigación, compuesto por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), recolectó y estudió los restos del dinosaurio como parte del proyecto “Protección Técnica y Legal del Patrimonio Paleontológico en el estado de Coahuila“.

Este estudio ha sido publicado recientemente en la revista Journal of South American Earth Sciences bajo el título “Registros icnológicos asociados a escarabajos derméstidos en huesos de dinosaurios“.

Carlos Venegas Gómez, autor principal del estudio, explicó que los escarabajos derméstidos dejaron rastros de su actividad en los huesos del dinosaurio.

“Por primera vez se hallan en el registro fósil y su presencia en ejemplares del Cretácico indica que, desde ese tiempo, los derméstidos ya eran insectos necrófagos y aprovechaban los cadáveres de dinosaurios para alimentarse y reproducirse”, señaló el paleontólogo.

Las investigaciones revelaron que los insectos habitaron el cadáver del dinosaurio durante un período de 20 a 30 días en un ambiente subaéreo, es decir, a la intemperie. Durante este tiempo, los escarabajos adultos se alimentaron, reprodujeron y ovipositaron en el cadáver, mientras que las larvas excavaban cámaras en los huesos para evitar el canibalismo.

“Ello indica que el dinosaurio estuvo a la intemperie seca por un tiempo y luego quedó enterrado”, explicó Venegas Gómez.

Además de la nueva icnoespecie Cubiculum subcorticalis, los investigadores identificaron otras icnoespecies en los huesos del dinosaurio, como Cuniculichnus seilacheri, Cubiculum atsintli y Cubiculum cooperi. Estos hallazgos no solo brindan información sobre el proceso de descomposición del dinosaurio, sino que también aportan datos valiosos sobre las formas de vida que existieron a finales del Cretácico.

Coahuila

El descubrimiento tuvo lugar en una cantera llamada “Lala’s Place”, ubicada en el Ejido Luna, en los límites de Ramos Arizpe, Coahuila. Esta cantera fue descubierta en 2015 tras una denuncia de la comunidad local. Los restos fósiles encontrados pertenecen a un solo individuo de dinosaurio pico de pato no crestado, conocido científicamente como hadrosaurio saurolofino.

Felisa Aguilar Arellano, paleontóloga del INAH y coautora del estudio, destacó la importancia del trabajo interinstitucional y su contribución al entendimiento del registro fósil en México.

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