La recuperación de la industria editorial llegó al final del año. En su informe anual, presentado en la FIL Guadalajara, la Cámara Nacional de la Industria Editorial reportó ventas por 8 mil 868 millones de pesos al tercer trimestre de 2021, una cifra que ya supera lo facturado en 2020. Para el último trimestre se estima una venta de 3 mil millones de pesos, lo que resultaría en casi 12 mil millones para todo el ejercicio, con un repunte de 35%. Parte de esa realidad proviene de los micronegocios. Para Casa Tomada, librería de títulos independientes ubicada en la Colonia Condesa, el año que concluyó dejó un margen de ventas 182% mayor que 2020.
La pandemia fue el momento en el que más vendimos libros. O sea, no habíamos vendido tantos libros como en la pandemia que antes, pues. Porque la gente está en su casa y dice ‘voy a tener mucho tiempo de leer’ y se compra libros”, dijo Dora Navarrete, coordinadora de Casa Tomada.Casa Tomada se sustenta además de otros ingresos. Los talleres virtuales fueron inicialmente un acierto, pero pronto se diluyeron ante el aumento de la oferta.
Hay mucho cansancio de la pantalla de la computadora, de que no tienen mucho ánimo de tomar talleres en línea y también pues evidentemente hay una crisis económica y una incertidumbre todavía sobre lo que me voy a gastar mi dinero”, expuso Dora Navarrete.La librería está evitando los números rojos.
En este momento estamos saliendo de los primeros tres meses en mucho tiempo que tenemos déficit económico, que estamos ocupando el colchón, y el colchón y el colchón”, añadió.Al otro lado de la ciudad, la librería Salgari resiste como opción en barrios populares. Después de 11 años y a contracorriente entre bajos índices de lectura y restricciones sanitarias, encontró un nuevo hogar a inicios del confinamiento, cambio significativo para el proyecto.
Para nosotros nuestra llegada a Iztapalapa es como empezar de nuevo, porque es otro público, es otro barrio, es otra zona, y creemos que nos han recibido bien”, comentó Diego Castillo, propietario de librería Salgari.Inició en la Colonia Pedregales de Santo Domingo, en Coyoacán. Su cercanía con Ciudad Universitaria era clave para la venta, y esa realidad se hizo visible con el confinamiento.
Ahí nos bajaron las ventas sensiblemente. Digamos que empezamos a vender el 20% menos de lo que vendíamos, y con el correr de los meses se nos fue acumulando las deudas del arrendamiento. Pagar la renta se nos hacía complicadísimo, entonces esos meses nos fuimos a pique y ahí fue que decidimos cambiarnos de local”, indicó Diego.Si bien cuentan con mayor penetración entre los vecinos de la Colonia Minerva y un incremento de 60% respecto a las ventas de 2020, la actividad aún es baja.
Ha sido compleja la venta, vender libros”, agregó el entrevistado.Pero van por mejores tiempos.
Regresar de alguna manera a un esquema 50/50 de entre lo presencial y lo virtual, porque lo virtual ya no lo vamos a quitar. Es algo que llegó, ya se va a quedar para oferta de público en otros estados y otros países”, expresó Dora Navarrete, coordinadora de Casa Tomada.“Aquí estamos y aquí seguimos, intentando generar estrategias y aprendiendo cosas para adaptarnos a esta, entre comillas, nueva realidad virtual”, enfatizó Diego Castillo. Al regalar un libro, se apoya la economía de una industria muy afectada por la pandemia; una opción en la que todos ganan.