Cultura

Celebración Janal Pixan en Campeche desafía el paso del tiempo

Se trata de un ritual excepcional de limpieza y veneración de los “santos restos”

Una de las tradiciones funerarias más arraigadas en la Península de Yucatán es el Janal pixan o U janal pixano’ob, conocida como “Comida de las animas”.

En Campeche se realiza en las regiones de los Chenes y el Camino Real, ambas con una importante población maya.

La esencia de esta celebración radica en la unión de vivos y muertos, del 31 de octubre al 2 de noviembre, días en que las familias se preparan para recibir a las almas de los difuntos.

Costumbres funerarias

En el Camino Real de Campeche, que comprende los municipios de Tenabo, Hecelchakán, Dzitbalché y Calkiní, existen poblaciones con costumbres funerarias particulares, las cuales incluyen la limpieza y cambio de ropa de los restos humanos.

Después de que el difunto ha sido depositado en una fosa y han transcurridos algunos años, es exhumado y al esqueleto se le quita la tierra con una brocha, quedando así la primera “limpieza de huesitos”

Limpieza de huesos

La tradición peninsular de la limpieza de huesos y su posterior traslado a un osario, fue documentada por primera vez por Robert Redfield y Alfonso Villa Rojas en 1934, en el poblado yucateco de Chan Kom.

Posteriormente, ha sido objeto de análisis de destacadas investigadoras, como Vera Tiesler, en 1999, y Beatriz Repetto, en 1995.

Se cree que este culto a los ancestros tiene sus raíces en los pequeños adoratorios de mampostería que construían los mayas en el periodo Posclásico Tardío y en la creación de enterramientos secundarios con los restos de varios individuos, como se ha documentado en Tulum.

Tratamiento de “santos restos”

Actualmente, en los cementerios de los poblados del Camino Real, el tratamiento que se da a los “santos restos” se efectúa de maneras distintas.

El más colorido es el de Pomuch, pues los huesos son colocados dentro de un cajón de madera y protegidos por un lienzo con bordados de flores y el nombre del finado.

En Nunkiní se prefiere ponerlos sencillamente en el cajón que, en ocasiones, queda cerrado.

Mientras que en la Ex Hacienda Santa Cruz, los restos de varias personas son acomodados en uno o más cajones.

Deja un comentario

Back to top button