Cultura

La danza contemporánea que ya sabía moverse entre pandemias

La danza ha mutado de escenarios y en la manera de producirse. Una nueva generación y formas en este arte, mismas que el proyecto  #Nohbords reconoció desde hace ya cinco años, y que pese a las complejidades que conlleva un trabajo autogestivo e itinerante, han dominado el espacio que apenas hoy están explotando otras compañías.

Diego Mur es bailarín y coreógrafo de danza contemporánea. Nacido en los Mochis, Sinaloa, Mur hoy es fundador y director de ‘Nohbords’ una compañía dedicada al estudio del cuerpo en movimiento y a la investigación y creación de la danza.

Yo me formé como bailarín de la compañía de danza contemporánea Antares, a partir de esa etapa de formación viaje a Belgica y ahí es donde descubro que quiero iniciar una investigación personal”, comenta Diego.

Los ensayos o funciones que para muchos fue novedad llevarlos por internet, en Nohbords ya los conocían y hasta y audiciones elaboraban. Estas plataformas digitales las identificaron como una dinámica generacional desde el primer momento con las redes sociales o las plataformas virtuales para videos.

Al principio éramos un grupo criticado por usar ‘las banalidades del internet y las redes sociales para exponer nuestro trabajo, o por el uso de estas plataformas para crear o ensayar. Ahora me sorprende que digan que es una novedad, porque es algo con lo que nosotros nos hicimos como proyecto, me parece que ya van un poco tarde en ese sentido”, explicó Mur.

Homero Fernández es el productor y gestor, Diego Vértiz y Juan Carlos Shockers son los dos bailarines base y el director Diego Mur. Ellos cuatro son quienes forman la base de la compañía; sin embargo, la idea del proyecto es motivar la inclusión de los bailarines con la rotación del elenco en cada obra.

Ha sido complicado sostener el proyecto y con la pandemia se vuelve doblemente, pero de alguna manera ya teníamos el carácter para abordar las nuevas vías de comunicación, otros espacios y proyectos con personas que nos abrieron la posibilidad de seguir trabajando”, comenta Diego.

Me atrevería a decir que somos los grupos que más funcionamiento ha tenido en esta pandemia. Hemos tenido el lanzamiento de tres piezas cortas, estuvimos en tres teatros distintos, en un museo, en foros independientes. Hicimos dos videos musicales y eso viene de la habilidad que tuvimos al presidir de todos esos presupuestos oficiales. En realidad, nos seguimos activando de esa manera”, señaló el director.

El proyecto se ha mantenido al margen de la danza y los apoyos institucionales. Es un estandarte que sostiene la compañía para mostrar que hay formas alternas de llevar la danza al público. Maneras de auto producción, financiación y autogestión, para la producción y promoción de las obras dancísticas, a pesar las grandes complicaciones que implican estar fuera de la industria oficial.

Quienes han bailado de manera profesional es porque lo reconocen como su mayor pasión, pero sólo así desde la poesía, porque es humillante la precarización en nuestra danza en México”, reflexionó Diego.

Otro de los valores agregados del director es su formación de artes visuales que inició con la fotografía. Fue a su regreso del viejo continente cuando inició su proceso de investigación y terminó componiendo complejos videoclips que mezclan la danza, la foto y la arquitectura como parte de una sola obra.

Existen las técnicas académicas que son parte de la formación, pero después la resolución que esas técnicas deberían ser expresarnos a partir del cuerpo. Y es el cuerpo lo que debemos de manejar para que represente lo que queremos plasmar en la obra y esa es la investigación, ver cuáles son las conductas y los movimientos físicos que nos representan” explicó Diego Mur.

Las mutaciones que ha tenido Nohbords en los cinco años que lleva desde su investigación, se deben a los temas que aborda, generalmente relacionados con el entorno social que se va viviendo, y siempre acompañado de la experiencia y crecimiento personal de quienes hacen posible las obras.

En mi creación uno de los signos más relevantes es la violencia. Reconozco estados físicos y metales con un gran potencial que me interesan encontrar. Después la violencia se fue mezclando con lo místico y lo ritual. Luego con el folclor y la arquitectura”, concluyó Diego Mur.

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