
Dayana Pérez tiene 17 años, pero ha pasado más de la mitad de su vida practicando violín. Pertenece a la Orquesta Jóvenes Líderes del Bajío, y ahí empezó a perfeccionar su técnica hasta alcanzar su lugar como concertino del ensamble.
“Se podría decir que es como un guía. Tiene contacto directo con el director para ciertas cosas que se tienen que hablar para amalgamar a las secciones”, dijo Dayana Pérez de la Rosa del Concertino de la Orquesta Sinfónica Infantil.
De niña, por su altura, le recomendaron utilizar el violín, y con el paso del tiempo se encariñó tanto con este instrumento que pronto se convirtió en una forma de vida.
“Siento que es muy expresivo. Siento que yo tengo la capacidad de poder crear y deshacer cosas con él. Puedo desenvolverme de una manera en la que no podía con palabras”, agregó Dayana.
En la misma sección de cuerdas, María José Gómez ejecuta la viola. Proveniente de Nezahualcóyotl, ha pasado seis años practicando este instrumento, y eso la llevó a unirse a la Orquesta Sinfónica Infantil.
“Este es mi primer año en OSIM y me ha encantado, quedé fascinada. Tienes un avance musical muy grande, donde eres guiado por maestros excelentes y tus mismos compañeros te ayudan a crecer”, señaló María José Gómez.
Las aspiraciones de María José Gómez son altas. A sus 17 años, sueña con una fructífera carrera dentro del ámbito musical.
“Me visualizo estando en una orquesta de México, siendo principal de la sección y creciendo más en la música, viajando a diferentes países, teniendo más encuentros, conociendo más gente, grabando piezas”, añadió María José.
Rafael Pérez viene de Tlaxcala; a los seis años descubrió los coros infantiles y nunca imaginó presentarse en un recinto como Bellas Artes.
“La primera vez que yo toque en el Teatro de Bellas Artes sobre todo fue un gran logro. Porque Tlaxcala es un estado muy pequeño, entonces no tenemos recintos de la envergadura del Teatro de Bellas Artes”, comentó Rafael Pérez, integrante de la Orquesta Sinfónica Infantil.
Ahora lleva cuatro años en la Orquesta Sinfónica Infantil, a la que tuvo que aplicar dos veces para ser aceptado.
“Yo creo que como la música bien te puede enseñar bastantes cosas dentro de lo artístico y lo cultural, la música también te puede dar muchísimas enseñanzas y aprendizajes a modo de disciplina, a modo de paciencia, a modo de perseverancia”, afirmó Rafael.
A los seis años conoció el fagot, instrumento similar a la flauta que pertenece a la familia de vientos. Sin embargo, fue hasta los once que pudo ejecutarlo.
“El fagot es un instrumento más o menos como de 1.60 de alto, entonces yo al ser un chico de seis años súper pequeño me quedaba enorme el instrumento. Siempre me llamó la atención pues que era ese instrumento raro, como se tocaba, como se ejecutaba el instrumento”, agregó Rafael.
Rafael, Dayana y María José se preparaban para el último concierto de la Orquesta Sinfónica Infantil. 127 instrumentistas de 26 estados que, durante seis días, recorrieron Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Guerrero y Morelos antes de su última parada: el Palacio de Bellas Artes.
“Me imagino un teatro lleno, un ambiente donde tal ve todos estemos nervioso, la mayoría de las personas que están alrededor de mi, de donde me toca sentarme, es su primera vez también. A la vez están un poco nervioso y sea impactante para cada uno de nosotros estar ahí”, puntualizó María José.
Dayana concluyó: “siento que va a ser un gran concierto. Empezamos la gira muy bien, la verdad, con las expectativas muy altas y creo que todos estamos muy emocionados por este último concierto más porque es en el Palacio de Bellas Artes. Muchos no han tocado ahí jamás”.
Con escenario lleno, culminó la 31° gira de la OSIM.