La lucha contra la violencia hacia las mujeres se ha posicionado en distintos frentes, como el de la desigualdad laboral y vulnerabilidad económica, lo que se refleja en México cuando cerca de 26 millones de mujeres no tienen ingreso propio, alrededor de 4.1 millones trabajan, pero la remuneración no corresponde a su desempeño, como es el caso de libreras, editoras y escritoras, profesionistas que durante la pandemia vieron mucho más afectada su labor.
Tenemos que estar buscando la papa día a día, cómo si bien es una labor sensible, que, si bien es nobles, es intelectual, es difícil buscar una retribución justa, eso, por un lado, por otro lado, lo que la pandemia hizo fue que todo mundo quería hacer transmisiones en vivo, pero en efecto, sin ninguna retribución económica”, Mara Rehab, librera.
Ante este panorama, las libreras del traspatio en Morelia, Michoacán, y “La Cosecha”, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, crearon el Festival Agua Viva, encuentro de colaboración horizontal en el que gestionaron sus propios ingresos, a partir de un lugar para todas.
No solo es sentarse a esperar que uno sea invitado o pagado, sino también generar digamos las propias transmisiones del conocimiento, los saberes que nos interesa circular y aprender también”, Andrea Fuentes Silva, editora.
Ejercicio cobijado por la figura de la escritora brasileña, Clarice Lispector, autora del libro que da nombre al Festival, que es un punto de diálogo, generador de proyectos conjuntos, encuentros sobre la maternidad, de literatura, de libertad de ser quien se quiere ser, entre otros temas que a más de una quita el sueño. Una primera edición que sin duda deja huella.
Para conocer el trabajo de Agua Viva, ingresen a la página de Facebook, Agua Viva Festival.