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¿Los animales no humanos se comunican con el mismo “idioma” en todo el mundo?

Los pájaros de igual especie “hablan” el mismo lenguaje en todas las latitudes. Lo mismo ocurre con los lobos, los perros, las abejas y los demás animales. Así lo aclara el violonchelista, escritor y académico mexicano, Carlos Prieto en su libro Cinco mil años de palabras.

Según Prieto, la comunicación entre monos, perros, pájaros, delfines, ballenas y demás animales es un fenómeno conocido desde hace siglos. Las técnicas actuales de análisis han permitido profundizar el estudio de los mecanismos de comunicación entre los animales, en particular de los chimpancés –los primates más cercanos a nosotros– y de otros tipos de monos.

El lenguaje más desarrollado analizado hasta hoy parece ser el de unos pequeños monos africanos, los cercopitecos verdes (llamados vervets en inglés). Se ha concluido que el vocabulario de los cercopitecos verdes consiste en unas cuantas palabras que significan: “mono dominante”, “mono subordinado”, “mono peligroso”, “leopardo”, “águila”, “serpiente”, “babuino”, “mamífero peligroso” y “manada rival”. Ninguna de estas “palabras” se pone en manifiesto gramaticalmente. Son simplemente gruñidos que evocan reacciones diversas.

Cuando un mono emite los gruñidos que significan “leopardo”, por ejemplo, la reacción de la manada es huir hacia las copas de los árboles. Es altamente probable que el vocabulario del cercopiteco exceda las diez “palabras” y que comprenda hasta 100 instrucciones diversas. Pero nada, según Carlos Prieto, en la historia de los animales permite hablar de “progreso”. La conducta del chimpancé actual y de los animales no difiere de la de sus antepasados de hace centenares de milenios. Los lenguajes animales pueden sorprendernos, pero sólo permiten comunicaciones rudimentarias que no alcanzan en absoluto la categoría de idiomas.

El académico mexicano advierte que es abismal la diferencia entre el “vocabulario” animal y el léxico humano, consistente en varios miles de palabras susceptibles de construir un número infinito de frases, más sus diferentes combinaciones. Ésa es, de las únicas y pocas diferencias, que nos distinguen entre animales y animales no humanos. No obstante, entre animales de todas las especies y de todo el mundo, hay siempre más allá del idioma lingüístico para entendernos.

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