La obra literaria de Margo Glantz ha deambulado lo mismo por la novela que por el cuento, el ensayo, los escritos académicos y, desde hace varios años, en el desbordado río de ideas que es Twitter.
Si el legado de Glantz a la literatura se puede constatar en la variedad de premios que ha recibido, entonces su cercanía con la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se afirma con los homenajes que le han concedido.
Ganadora del Premio Sor Juan Inés de la Cruz (2003) y del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2010), en la edición 35 de la Feria, la escritora inscribió su nombre en el listado de autores que han recibido la Medalla Carlos Fuentes.
Margo Glantz compartió el escenario con la también escritora Gabriela Jáuregui, quien señaló que Glantz “conversa con el Siglo de Oro con la misma fluidez con la que conversa con la distopía del siglo XXI”.
Todos los tiempos son su tiempo”, comentó.
Al tomar la palabra, Margo Glantz se dijo honrada de estar en un recinto con el nombre de Juan Rulfo para recibir una medalla con el nombre de Carlos Fuentes en los albores de su novena década de vida.
Además, resaltó el “azar maravilloso” de recibir el galardón en la misma edición de la Feria en la que Diamela Eltit recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, ya que la chilena fue jurada cuando se le concedió a Glantz en 2010.
“Aura”
Después de hacer un muy breve recuento de las múltiples ocasiones en que coincidió con Carlos Fuentes desde que lo conoció en 1959, Margo Glantz dio lectura a una versión abreviada del texto “Las metamorfosis del vampiro”, en el que hace una lectura de “Aura”, la novela de Carlos Fuentes, desde el mito del no-muerto que se mantiene vivo gracias a la sangre de los otros.
De esta obra se nos dice que es algo más que una intensa historia de fantasmas. Es una lúcida y alucinada exploración de lo sobrenatural, en encuentro de esa vaga frontera entre la irrealidad y lo tangible, esa zona del arte donde el horror engendra la hermosura”, mencionó Glantz.
Asimismo, recordó que el propio Fuentes explicó que “Aura” se cristalizó cuando vio un cuadro de Carlota joven y una foto de la emperatriz fallida de México muerta.
Esa mujer doble, a la vez niña y vieja, se le aparece a Fuentes en su lugar habitual, el sepulcro. Pero ese sepulcro está acojinado, es más bien un lecho donde reposa y su cofia de niña es su resurrección. Esa imagen, esta mujer acostada, ya envejecida, ya delirante, ya muerta en apariencia, sugiere de inmediato la reiterada imagen del vampiro que yace en su féretro esperando la ocasión”, dijo Glantz.