El periodista y escritor mexicano, Gerardo Martínez, presentó su primera novela El regreso del kasajo, en un salón del centro histórico de Ciudad de México –epicentro del bullicio citadino y de las taquerías básicas–, como parte de su promoción.
Esta novela retrata la fascinante vida de Evelio Vadillo, exdirigente comunista mexicano y víctima del estalinismo, que estuvo 20 años preso en la Unión Soviética, y que al regresar al país, “cuando ya nadie esperaba que volviera”, se esfuma de nuevo en cuanto aterriza en el aeropuerto de la ciudad.
La presentación del libro estuvo a cargo del escritor Vicente Alfonso y la escritora, Marxitania Ortega, quien recordó que hace poco más de 10 años le tocó escuchar las primeras ideas de Gerardo sobre este libro.
Ortega, durante su intervención, reconoció que en esta novela, escrita con recursos de novela negra, los personajes construyen un mundo que hace estremecer al lector, por lo que no es una historia más sino un libro único.
Por su parte, Vicente Alfonso calificó a esta novela de pedagógica ya que permite conocer el funcionamiento del sistema político de la segunda mitad del siglo XX, “ayudan a dialogar con la realidad inmediata”, sentenció.
Evelio Vadillo fue el único mexicano encarcelado, entre 1936 y 1955, en la Unión Soviética dentro de los Procesos de Moscú, también conocidos como la Gran Purga o Gran Terror, en donde se llevaron a cabo campañas de represión y persecución política que incluía la persecución y vigilancia policiaca a opositores, juicios públicos, envíos a campos de concentración y ejecuciones.
La investigación que hizo Gerardo Martínez devela la realidad política de aquellos años: espionaje mundial, corrupción, mafia, poder. Esta ambientada en los años cincuenta, durante la Guerra Fría y en donde México no estuvo ajeno a las operaciones de espionaje y contraespionaje que efectuaron las naciones que disputaban el mundo.
Es en medio de ese contexto, que el abogado Nacho Cervera, hijo de diplomáticos y un hombre en crisis existencial, es quien lleva a cabo la búsqueda de Vadillo. La gran pregunta en este libro no sólo es dónde está Padilla sino quién pudo tener interés en llevárselo, ¿el Gobierno mexicano?, ¿el Gobierno estadounidense?, ¿sus compañeros del Partido Comunista?
Durante mucho tiempo, Evelio Vadillo (nombre verdadero del joven exdirigente comunista, pero que en la novela se llama Emilio Padilla) circuló en el anonimato y su historia fue enigmática, más aún su desaparición. Al respecto, el autor de “El regreso del Kasajo” y Vicente Alfonso recordaron que en 1932 Vadillo fue encarcelado en las Islas Marías y su compañero de celda fue nada más y nada menos que José Revueltas.
Y es precisamente el escritor duranguense, quien le dedica una nota de cinco páginas a Vadillo en su novela Los días terrenales (1949), tal como recordó Vicente Alfonso. No obstante, Vadillo es nombrado por primera vez desde Los muros del agua (1941), novela de Revueltas inspirada en sus vivencias mientras estuvo preso en las Islas Marías.
Este libro, tal como dijo su autor, nació de una ardua investigación que hizo para seguir los pasos de Padilla en los archivos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y en entrevistas que le realizó al hijo del excomunista –quien le sobrevive–. Una vez que alcanzó el clímax de la investigación, Martínez hizo uso de la ficción para dar voz al mismo Padilla y también a toda una época de vaivenes ideológicos.
Al respecto contó que fue un reto recuperar la voz principal, porque una cosa es lo que dicen los agentes ministeriales, los policías y otra cosa es lo que dice la víctima, el testimonio.
“Emilio habla desde la transparencia, el hijo, el padre. Habla de su propia vida y habla del periplo existencial, lo que lleva la tragedia comunista a enfrentarse a sus propias incertidumbres”, expresó Gerardo Martínez.
La novela fue editada por el Fondo Editorial Estado de México, y este año vio la luz tras ser galardonado en el Certamen Nacional de Literatura “Laura Méndez de Cuenca” 2022, en el género de novela, que entrega el Gobierno del Estado de México, a través de la Secretaría de Cultura y de Turismo de la entidad.