En el camellón del Paseo de la Reforma hay presencia nueva de una divinidad zapoteca, Pitao Cocijo, popularizada entre los antiguos vinizá o zapotecos que habitaron los valles centrales de Oaxaca.
Entre los años 500 y 800 Después de Cristo, se crearon muchas vasijas o urnas funerarias que eran enterradas con personajes de alta jerarquía, estos objetos se encuentran en colecciones de Estados Unidos y Europa.
“No me la podía traer en la bol, pero alguno de mis sueños como zapoteco, como oaxaqueño, es poder repatriar alguna pieza de estas digo con diálogo, de una manera legal obviamente”, detalló EL escultor Sabino Guisu, al conocer una de estas piezas.
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— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) July 20, 2019
Pitao Cocijo (lluvia) y Pitao Cozobi (maíz) eran los dioses a los que los antiguos zapotecas hacían ofrendas en agradecimiento de sus cosechas.
Incluían música, danza y compartición de los frutos de la siembra 👉🏾 https://t.co/0lvxXyJDEp pic.twitter.com/l3Mq4yvWGc
Guisu mantuvo en mente pormenores de aquella pieza para después recrearla inspirado en la corriente denominada “Art Toys”, combina formas originales con variaciones que de pronto podrán asociar a su obra con algún personaje fantástico. La escultura parece pasar inadvertida y lograr captar la atención con los datos que están en su cédula.
Es como una interpretación moderna de elementos prehispánicos, el material se hizo interesante, la reproducción también, el tamaño está bonito, me gustó, es un buen elemento para la entrada del museo”, agregó el escultor.
Para los zapotecos #Pitao_Cocijo es el Dios de la #lluvia, la cual refresca el entorno, recarga los ríos, alimenta a los árboles y regocija alma. 🌧️💚😃 pic.twitter.com/1QaJLCKPTo
— SEMARNAT México (@SEMARNAT_mx) July 13, 2018
La intención, agregó, de ponerla en la entrada del Museo de Antropología es que forme un triángulo entre Tláloc o Chalchihuiticlue, que al final los dos representan la misma energía de la naturaleza que es la lluvia.