Una lectura coral de la obra de David Huerta será parte del maratón de poesía con el que 11 poetas como Coral Bracho, Elsa Cross y Mónica Nepote, le rendirán homenaje a un mes de su partida.
David Huerta, autor de mas de 20 libros, fue galardonado con reconocimientos como:
- El Premio Nacional de Ciencias y Artes
- El Premio a la Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco
- El Premio de Literatura en lenguas Romances de la FIL Guadalajara
El poeta falleció el pasado 3 de octubre, a causa de una insuficiencia renal.
El homenaje tendrá lugar en el Museo de Ciudad de México, este miércles 9 de noviembre, a las siete de la noche.
Más sobre David Huerta
David era hijo del afamado poeta mexicano Efraín Huerta. Nació en 1949 y estudió Letras Inglesas y Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la década de 1960, donde se unió al movimiento estudiantil.
David Huerta consideró que la poesía es el resultado de combinar el orden y la técnica con la imaginación, el plano donde no existen reglas.
Con respecto al peso de ser hijo de un gran poeta, aseguró siempre haber intentado distinguirse para evitar comparaciones, aunque sus obras fueron para él una invaluable fuente de inspiración.
Su trabajo ha sido reconocido muchas veces y entre los premios que recibió se encuentran el Poesía Carlos Pellicer y el Xavier Villaurrutia. Este último significó mucho para él, dado que el jurado estaba conformado por escritores, personas a quien conoce y respeta.
Entre sus poemarios destacan “El jardín de la luz”, “Cuaderno de Noviembre”, “La sombra de los perros” y “La calle blanca”.
Nocturno
Milímetros de ti convergen ahogándose, bajo la noche, la fantasía de toda
la transparencia empozada en el cuarto.
Tu mirada oscila con un cerrado esplendor,
y en tu saliva surgen pedazos de nombres, alas de quemaduras: la noche
resuena en tu paladar
con paso lentísimo de larva y roce tibio,
de animales numerosos extraviados en el reino de tus ropas, mezcladas
de cualquier modo en la silla sombría,
bajo techos muertos y lúcidos, recogido tú en los dones del sueño sobre
tu cabeza hipnotizada de silencio.