Cultura

Por qué… ¿junto, separado, con o sin tilde? Sí, son 4 y todas existen

Los primeros pensadores en la historia de la filosofía, desde que se tiene registro, plantearon las más grandes teorías a partir de las interrogantes. Incluso la palabra “enigma” se volvió una de las herramientas de la retórica filosófica clásica. Como diría el famoso pensador moderno italiano, Giorgio Colli, el enigma tiene una gran importancia en la civilización arcaica de Grecia, sobre todo en conexión con los orígenes de la sabiduría.

Por ello, será entonces el enigma y otras consecutivas preguntas, los precedentes para la síntesis de la interrogación: ¿por qué? Aunque en un principio podemos pedir razones con esta partícula separada y con acento, existen otras 3 posibilidades de establecerlas:

  1. POR QUÉ. Gramaticalmente es una secuencia que suma una preposición (por), y el interrogativo o exclamativo qué. De manera directa se identifica porque se coloca al inicio de una pregunta. Ejemplo: ¿Por qué siempre queremos saber el origen de la vida? También funciona para plantear preguntas indirectas, que es cuando suele ponerse en duda al momento de su escritura. Por ejemplo: La idea de conocer el origen de la vida es descubrir por qué existimos en esta Tierra.
  2. Para la Real Academia Española (RAE), esta palabra es una conjunción que, por ser átona, hace que se omita la tilde. Cuenta con dos significados: a) introduce a oraciones que expresan una causa. Ejemplo: Dicen que la escuela no está saturada, porque aún quedan lugares. b) respuesta inmediata a por qué, separado y tildado. Ejemplo: ¿Por qué no te inscribiste? Porque pensé que ya estaba saturada la escuela.
  3. PORQUÉ. Junta y con acento, para la RAE es un sustantivo. Es decir, que dentro de una oración, será la “protagonista” de la idea expresada. Ejemplo: La maestra quiere saber el porqué de la ausencia de sus alumnos. Si analizamos la oración, “porqué” se convierte en la esencia de esa expresión, es decir, el sustantivo. También existe en plural y, por su función gramatical, va acompañada de un artículo (palabra el o los). Ejemplo: El profesor está enterado de los porqués de la ausencia de sus alumnos.
  4. POR QUE. La RAE explica esta secuencia gramatical como la suma de la preposición por más el pronombre relativo que. La Real Academia aclara es que es más usual colocar en medio las partículas el que, la que Ejemplo: Los motivos por (los) que competían eran suficientes para obtener el triunfo. Otra explicación, aún más compleja para la escritura cotidiana, es lo que la RAE define como la preposición por sumada a la conjunción subordinada que. La aplicación sería que, seguido de por que, tendrían que ir verbos, sustantivos o adjetivos que fungen como rectoras en la idea expresada dentro de esa consecución. Ejemplo I: Al final se decidieron por que no se tendrían que mudar. Si nos damos cuenta, la idea “rectora” de toda la expresión es la mudanza. Ejemplo II: Están ansiosos por que arranque el ciclo escolar presencial; nuevamente, la “idea rectora” está después de por que (el arranque del ciclo). Ejemplo III. Nos expresó su angustia por que los niños pudieran tener hambre. La “idea rectora” será el hambre que puedan tener los niños.

A pesar de ser cuatro tipos diferentes, como podemos advertir, todos están basados en interrogantes, en dar respuestas o razones sobre una determinada idea. Es decir, que el principio filosófico de explicar “algo” no se ha eliminado desde aquellos siglos en los que los pensadores buscaban la respuesta de todo lo que les rodeaba. Sobre esta línea, podemos recordar a Leucipo (Mileto) y maestro de Demócrito hacia los siglos 460-370 a. c. cuando afirma: ninguna cosa sucede sin razón, sino que todas suceden por una razón y por necesidad.

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