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Primeros ‘piercings’ podrían tener 25 mil años, estudio

La investigación liderada por un científico de la Universidad de Coimbra, en Portugal, reveló que los resultados se desprenden del análisis de los restos óseos encontrados en varios yacimientos de Europa Central.

Considerados muchas veces como una moda reciente, los piercings o el arte de perforar nuestra piel podrían datar del Paleolítico Superior, hace más de 25 mil años, de acuerdo con un reciente estudio científico.

La investigación liderada por un científico de la Universidad de Coimbra, en Portugal, reveló que los resultados se desprenden del análisis de los restos óseos encontrados en varios yacimientos de Europa Central, que apuntan a un tipo de desgaste bucodental semejante al que producen este tipo de adornos.

Ese misterioso desgaste en caninos, premolares y molares de esqueletos de la cultura pavloviense, que vivió entre 25 mil y 29 mil años atrás en Europa Central, logró desconcertar a los expertos.

“Los dientes maxilares -los de la parte alta de la dentadura- se mostraron más afectados que los mandibulares, quedando los primeros molares visiblemente más desgastados”, explicó el responsable del estudio, John Charles Willman, del Centro de Investigación en Antropología y Salud (CIAS) de la Universidad de Coimbra.

Comparó estos hallazgos arqueológicos con ejemplos históricos y contemporáneos de distintas regiones y culturas para determinar si el deterioro que presentaban respondía al uso de perforaciones corporales permanentes.

Dijo que esta práctica podría estar relacionada con los ritos de paso y la expresión de una identidad grupal de las comunidades de cazadores recolectores de la región.

“Probablemente se tratase de una forma simbólica que los miembros de estos grupos utilizaban para identificarse los unos a los otros. Lo primero que reconocemos en los demás suele ser el rostro, por lo que adornos como estos saltarían a la vista incluso desde la distancia”, apuntó.

Por su parte, la investigadora April Nowell, arqueóloga paleolítica de la Universidad de Vitoria, destaca la relevancia del estudio de Willman para comprender la complejidad de estas sociedades.

“La mayoría de los objetos que las sociedades de cazadores-recolectores utilizaban a diario se perdieron en el tiempo, lo que hace que los investigadores subestimen la complejidad de las culturas antiguas”, afirma Nowell.

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