Cuando Quino entró a la escuela, se enteró que se llamaba Joaquín Salvador Lavado Tejón; como si estuviera predestinado a relacionarse con el ingenio de la síntesis. Esas dos sílabas concentraban el afecto de su familia para llamarlo con la amabilidad de un sonido procedente de la segunda mitad de su nombre y la ayuda de una “o”, Quino.
Bueno mi familia es de españoles y en España es bastante común que los Joaquines sean Quinos”, dijo Quino.
Quino tenía 3 años, cuando una tarde concentró el mayor parabién de su vida, sus padres fueron al cine, al tiempo que un tío, pintor y dibujante, lo cuidó con una estrategia de artista, le dibujó monitos para entretenerlo, sin saber que despertó así la vocación de uno de los más grandes historietistas del mundo.
A sus 17 años, Quino abandonó la escuela de Bellas Artes, lo que con el tiempo calificaría como un gran error, entonces pensaba que para hacer dibujos humorísticos no necesitaba estudiar a los clásicos, después el oficio le enseño que estaba equivocado.
Yo empecé a publicar en 1954 mis dibujos de humor y siempre soñaba con llegar a publicar en Paris Match, por lo menos, eso sí”, agregó.
Se planteó altos ideales y en el camino se aparecieron las formas, cuando tenían gran éxito las historietas de Charlie Brown, le encargaron crear una familia para una campaña publicitaria de electrodomésticos; ahí surgió Mafalda y los demás personajes, pero se quedaron guardados, la campaña no se realizó, pero un par de años después le ofrecieron publicar esas creaciones. Y de ahí, al cielo.
Mafalda salió a la luz cuando quino llevaba ya 11 años publicando. Sin embargo, con ella combinó inteligencia humorismo, crítica social, economía y política. Quino y su editor notaron que, en algunos comercios y oficinas, la gente recortaba y pegaba las tiras cómicas de Mafalda.
Por qué no hacemos un libro; juntamos las primeras 240 tiras e hicimos un libro y en 5 días se agotó”, Quino.
En 5 días fueron 5 mil ejemplares vendidos. Así este dibujante, nacido en 1932 en Mendoza, Argentina, hizo viajar a Mafalda, su familia y sus amigos, por muchas partes del mundo; traducida a alrededor de 30 idiomas.
- En 2014 el príncipe de España lo aplaudió de pie, momentos antes de entregarle el gran galardón que fincaba sus mayores loas por la creación que lo hizo célebre: Mafalda.
Casi una década recreó la inteligencia humorística de esa niña que parecía tener vida propia, siempre le preguntaban por ella.
¿Qué diría Mafalda de cómo están las cosas? Yo creo que diría lo mismo de entonces, porque las cosas están tan mal o peor que cuando yo dejé de dibujarla”, puntualizó Quino.
Apenas el pasado 29 de septiembre se cumplió el 56 aniversario de la primera publicación de Mafalda. Un día después, quino falleció en el mismo lugar donde nació, hace 88 años.