Hipnóticos carruseles y norias diseñados por Keith Haring, Jean-Michel Basquiat, Kenny Scharf y Arik Brauer giran musicalizados por piezas de Miles Davis o Philip Glass. Así es “Luna Luna: Fantasía Olvidada”, el primer parque de diversiones hecho por los artistas contemporáneos del siglo XX.
Única en su tipo, la psicodélica feria, que recién abrió sus puertas en Los Ángeles, cuenta además con un domo de espejos firmado por Salvador Dalí, un pabellón de Roy Lichtenstein, un bosque encantado creado por David Hockney, y una capilla matrimonial diseñada por André Heller, el artista austríaco responsable de esta iniciativa que nació hace casi cuatro décadas.
Heller, un apasionado por las ferias nómadas y los circos, reclutó algunos de los más consolidados nombres de la escena artística del siglo pasado, así como jóvenes figuras que comenzaban a despuntar, para dar vida a su proyecto “Luna Luna”: un parque de atracciones que hiciera el arte más accesible a la gente.
La feria debutó en Alemania en 1987, pero tras recibir a miles de visitantes, las atracciones, ideadas inicialmente para girar por el mundo, terminaron almacenadas en contenedores durante 35 años, hasta que fueron adquiridas y restauradas por DreamCrew, compañía del músico canadiense Drake.
De los contenedores emergieron piezas únicas, como el carrusel de Haring en el que sus distintivas figuras parecen cobrar vida como coloridos bailarines, o la noria blanca de Basquiat con un fuerte componente de protesta social.