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Recuperan tablero con texto maya en zona arqueológica de Cobá

Foto: INAH.

En la zona arqueológica de Cobá, en Tulum, Quintana Roo, fue recuperado un tablero glífico maya, grabado en la roca de una aguada muy cercana a la pirámide Nohoch Muul, hecho que se convierte en uno de los hallazgos más notables en los trabajos de salvamento arqueológico del Tren Maya.

Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), indicó que durante las labores del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), se identificó, a 160 metros de Nohoch Mul, una aguada con un pedraplén que develó un descubrimiento único: un panel compuesto por 123 cartuchos jeroglíficos, en una extensa inscripción en forma de “L”, de poco más de 11 metros cuadrados, esculpidos directamente sobre la roca.

Al realizar un estudio epigráfico preliminar, se determinó que las inscripciones hacen referencia a la fecha de fundación del pueblo llamado Keh Witz Nal o “Montaña del Venado”, correspondiente al 12 de mayo del año 569 de nuestra era.

También apareció el nombre de K’awiil Ch’ak Chéen, personaje que es identificado por primera vez y que ayuda a llenar un vacío en la secuencia dinástica de Cobá. Esto permite corroborar que muchos de los gobernantes de esta ciudad-Estado, entre los que destacan tres mujeres, adoptaron el nombre del dios K’awil, lo que les confería sus atributos como deidades protectoras del lugar.

Hallazgo del tablero glífico de Cobá, Quintana Roo

La escritura en el panel de roca enlaza eventos del tiempo histórico con el pasado mítico, “pues alude a un conjunto de dioses que fundaron Cobá, como Bolón Tz’akab Ajaw, ‘Señor de las innumerables generaciones’, encargado de las fundaciones de las dinastías del maíz y del cacao”, explicó Prieto.

Restauración del tablero de Cobá

Los factores ambientales han provocado el deterioro de este tablero, por lo que se implementó un minucioso proceso de limpieza para retirar la tierra, sales y maleza que lo cubrían.

Después de le inyectaron rellenos de morteros de cal, para dar resistencia interna a la roca, la cual tiene múltiples oquedades exteriores, donde el agua se estanca en las estaciones de mayor precipitación pluvial.

El INAH informó que también se realizó un registro de alta precisión del texto glífico, para crear modelos tridimensionales que permitan realizar estudios más profundos y se logre descifrarlo por completo.

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