Cultura

Rescatan papel de provincia de Chalco en proceso de conquista de Tenochtitlan

Los pueblos de la región de los volcanes han quedado eclipsados respecto a su papel en el proceso de conquista de México-Tenochtitlan, ante las visiones que se decantan por la impresión que el escenario de la Cuenca de México y la urbe tenochca produjeron en Hernán Cortés y sus huestes, cuando la vislumbraron por primera vez tras su ascenso por la Sierra Nevada, luego de acometida la Matanza de Cholula.

El investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Tomás Jalpa Flores, rescató la importancia de Chalco en la defensa de la frontera sur, deteniendo el avance de las tropas mexicas asentadas en el Cuauhnáhuac, así como en el ataque de los pueblos lacustres, en particular al frente de Iztapalapa.

 

De acuerdo con las fuentes acolhuas, en Ayotzingo tuvo un encuentro con el señor del Acolhuacan, quien se ofreció a llevarlo a Texcoco, pero Cortés rechazó su oferta, y continuó hacia Cuitláhuac y luego rumbo a Iztapalapa para llegar a México-Tenochtitlan, donde estuvieron desde el 8 de noviembre de 1519 hasta el 30 de junio de 1520, cuando ocurrió la Matanza del Templo Mayor”, señaló.

En el conversatorio inscrito en el coloquio “La visión antropológica de la conquista del Cemanáhuac”, llevado a cabo desde 2019 como una revisión en el marco del quinto centenario de estos sucesos históricos, el especialista de la Dirección de Etnohistoria detalló que tras su expulsión de Tenochtitlan en la llamada “Noche Triste”, las huestes de Cortés pasaron de nuevo por esta región, en diciembre de 1520, en su búsqueda de refugio en Tlaxcala, su aliado.

 

En esta ocasión tomaron otra ruta, por el norte del Iztaccíhuatl, bajaron por Río Frío y llegaron a Coatepec, el primer poblado ubicado en la frontera entre Chalco y el Acolhuacan, el cual estaba abandonado porque la gente se había ido a refugiar en la ciudad y sus alrededores, y de ahí partieron a Texcoco, donde finalmente establecieron su base para planear el ataque a México-Tenochtitlan”, comentó Tomás Jalpa Flores.

 

En su paso por Chalco los ejércitos de esta región se incorporaron a las tropas de Cortés. En la primera incursión, los chalcas habían sido uno más de los contingentes que auxiliaron al ejército en el ataque a la capital tenochca; sin embargo, en la segunda, que podría denominarse como contraofensiva de los aliados, el territorio chalca formó parte de una estrategia más amplia de guerra”, explicó.

 

Además, dijo que es necesario subrayar el papel fundamental que jugaron los aliados indígenas para lograr el triunfo.

 

Cada grupo contribuyó no solo con fuerza militar, para entonces estimada en más de 200 mil hombres, engrosándose al final hasta en 300 mil, sino que debe considerarse que muchos dirigentes indígenas planearon ataques a los puntos estratégicos en cada territorio y en varias ocasiones sacaron adelante a los españoles”, indicó el investigador.

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