Los orígenes de la violencia, destino casi inevitable para los jóvenes, sobre todo del norte del país, ha sido piedra angular en las historias del dramaturgo Sergio López Vigueras.
Sobre todo, resignificar el fenómeno como una realidad arraigada, lejos del superficial retrato que muestran series y películas.
“Para nosotros era muy importante no ver el fenómeno de la violencia como un espectáculo más… para nosotros era muy importante entender el contexto en el que vivimos, dijo el dramaturgo Sergio López Vigueras.
Luego de su obra “La Bala”, con la que en 2017 ganó el Premio Nacional de Dramaturgia Joven, López Vigueras se dedicó a hilar los fragmentos de la historia paradigmática de un niño que termina convirtiéndose en narcotraficante.
“Además de que tiene muchos premios, es un tema crudo, real en nuestra época actual en México”, comentó Joel Moreno, espectador.
“Réquiem de cuerpo presente por El Niño que aprendió a matar”. Ese subtítulo resume muchísimo, porque esa obra es una misa de réquiem… Es una especie de misa a los mártires de la sociedad mexicana contemporánea”, dijo el director David Psalmón.
Esto representa la obra “Tártaro”, que el año pasado recibió cinco premios de la crítica y presenta su última temporada, de jueves a domingo, hasta el 13 de febrero, en el Teatro Julio Castillo.
