Cultura

Técnicas inter, multi y transdisciplinarias preservan obras de arte mexicano

El mural “La Creación” de Diego Rivera, los pegasos de Agustín Querol, de la explanada de Bellas Artes, y conjuntos notables de pintura y retablos del siglo XVI tienen algo en común: fueron estudiados por especialistas asociados al Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte (LDOA) de la UNAM, para determinar su estado de conservación.

Este Laboratorio, que forma parte del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), también problematiza cuestiones de significado, forma y materia desde la Historia del Arte, en el campo de técnicas y materiales.  Es decir, es un espacio donde conviven la historia del arte y la ciencia de los materiales y en el cual expertos realizaron más de 250 proyectos para el estudio de la tecnología artística, los materiales y el significado cultural del arte y el patrimonio mexicanos.

También llevan a cabo levantamiento de dictámenes a estas obras, a partir de estudios físico-químicos y de estructura de la materia.

Son 250 iniciativas y cada una incluye una o más obras. La mayoría pertenecen al periodo Virreinal, al moderno y en menor cantidad, son objetos precolombinos y de arte indígena”, explicó la investigadora y doctora en historia del Arte, Elsa Arroyo Lemus.

Sus investigaciones ayudan a la toma de decisiones cuando se requiere rescatar, rehabilitar, recuperar o restaurar obras de arte. Este trabajo lo realizan en colaboración con especialistas y autoridades federales responsables de la conservación del patrimonio cultural.

Apoyamos a quienes están en el campo de batalla con esta parte que requiere de mucha innovación tecnológica”, dijo la doctora en historia del arte, Sandra Zetina Ocaña.

También hemos aprendido a construir lenguajes comunes entre disciplinas, entre humanidades, artes y ciencias; hacemos reproducciones experimentales con artistas para corroborar hipótesis”, añadió.

En su labor cuentan con la colaboración de colegas de los institutos de Física (IF), de Química (IQ) de la UNAM, así como del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y del Centro de Investigación en Corrosión de la Universidad Autónoma de Campeche, explicó el actual coordinador del Laboratorio, Manuel Eduardo Espinosa Pesqueira.

Procedencia y catalogación de obras

El LDOA ha realizado proyectos enfocados a la revisión de colecciones de museos con énfasis en su conformación histórica y las atribuciones o procedencias de obras. La exposición “Los secretos del Arte” y el proyecto vigente sobre la trayectoria artística de Sebastián López de Arteaga, son ejemplo de ello.

Los investigadores analizaron la colección del Museo de San Carlos y en particular tres cuadros: “Las siete virtudes”, “La Virgen de la leche” y una copia del famoso cuadro de Caravaggio “El entierro de Cristo”; ninguno tenía firma, sus atribuciones estaban basadas en la historiografía y se trató, con base en la tecnología y análisis científicos, de contribuir con su correcta catalogación.

La obra “Virgen de la leche” tiene además una severa alteración cromática por lo que se hizo una reconstrucción del color, a fin de que el espectador pudiera imaginarse cómo debió ser cuando el artista la terminó en el siglo XVI”, expuso Arroyo.

Intervención adecuada

Los especialistas también investigan grandes temas como la pintura mural maya, los manuscritos pintados de la época prehispánica, la pintura en acrílico, a fin de conocer cómo se trabajaron las obras en un periodo determinado, qué tintes o colorantes se usaban, o cómo ha sido la degradación de determinadas pinturas.

Así, cuando les solicitan sus dictámenes para intervenir objetos artísticos, cuentan con herramientas para entender su composición y  pueden generan un impacto directo en la preservación del patrimonio cultural, explicó Zetina.

Un ejemplo de adecuado diagnóstico fue el realizado en los pegasos de Agustín Querol que decoran la explanada de Bellas Artes: el Centro Nacional de Conservación del INBA les llamó y los laboratorios que integran el LANCIC hicieron una evaluación conjunta para dar pautas sobre su degradación e intervención. “Cada vez nos contactan más con preguntas de conservación concretas”, agregó la especialista.

Espinosa Pesqueira, también doctor en Ciencia de Materiales, subrayó que se busca establecer protocolos previos a una intervención. “No hacemos química tradicional del siglo XIX o principios del XX sino físico-química de la estructura de la materia”.

Es un trabajo inter, multi y transdisciplinario en el que intervienen la historia del arte, la historia, la ciencia de materiales, la física, la química, la matemática, la biología de una forma multidimensional”.

 

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