El boxeo es uno de los deportes más duros que existen.
Para sobresalir, se requiere mucha disciplina, esfuerzo, y entrenamiento físico.
La gloria puede llegar rápido y la magia de ser campeón es inigualable, pero llegar a lo más alto trae sus riesgos.
Junto con la fama y el dinero, inmediatamente aparece el fantasma de los excesos, y estos pueden llevar al boxeador por un camino largo y sinuoso, donde podrían estar la drogadicción y el alcoholismo, entre otros.
Cuando un boxeador empieza tiene muchas opciones, tiene la opción de irse por el camino fácil el camino de satisfacción rápida, pero es un camino peligroso, es el camino de las drogas, el camino del vandalismo, de la criminalidad, sí se obtiene un beneficio rápido pero el costo es muy alto”, Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo.
Muchos boxeadores han caído en la lona de las adicciones, como Carlos Cuadras, quien vivió en el mundo de las drogas y de forma voluntaria se internó en una clínica de rehabilitación para tratar de sanar.
Yo ya era campeón mundial, cuando empecé a probar todas esas sustancias como te digo las malas amistades, la fiesta todo lo que te va llevando, la verdad es que viví un infierno en vida propia, ya me había alejado de mi esposa, mis papás estaban alejados de mí, entonces retomé el camino”, Carlos Cuadras.
Es un deporte que por sí mismo exige mucha disciplina mucho sacrificio muchos problemas constantes entonces el boxeador cuando enfrenta a otro que es las adicciones tiene esa preparación para salir adelante cuando se le guía de la manera correcta”, agregó Sulaimán.
Cuadras, ya rehabilitado, inspira a muchos y junto con el Consejo Mundial de Boxeo apoyan a jóvenes que han caído en adicciones, para que reorganicen su vida a plenitud.