En el futbol americano profesional de Estados Unidos, la temporada 2020 ha significado uno de los mayores retos en la historia de la NFL.
El rival más complicado para todos los equipos ha sido lidiar con el Covid-19.
A pesar de que desde el inicio de la temporada se han dictado protocolos para mantener los casos bajos control, en las últimas semanas el número de contagios se ha disparado.
El caso más reciente es el de los Cuervos de Baltimore, donde se habla de al menos 20 jugadores contagiados; el juego ante Acereros de Pittsburgh, programado originalmente para el Día de Acción de Gracias, ha tenido que cambiar de fecha tres veces, y si todo marcha bien, se jugará este miércoles 2 de diciembre.
La NLF registra en la temporada 18 partidos que han modificado horario o día; los cambios han sido constantes, a excepción de la semana 9. Titanes, Cuervos y Broncos han sido los equipos más afectados; incluso Denver se quedó sin quarterbacks para enfrentar a Santos el domingo pasado.
Ahora las restricciones sanitarias de los gobiernos locales comienzan también a afectar la logística, como el caso de los 49’s de San Francisco, que no podrán jugar en el Levi’s Stadium al menos dos partidos, debido a que el condado de Santa Clara, California, donde se ubica, no permite actividades físicas en grupo.
La NFL ha tratado de endurecer los protocolos aplicando multas a quien no siga las reglas, como no portar cubrebocas, situación que a Santos de Nueva Orleans les costó una sanción de 500 mil dólares y a los Patriotas de Nueva Inglaterra, 350 mil dólares.
Agregar un o dos semanas más de temporada regular parece ser la opción más viable para que la NFL llegue a la disputa del Super Bowl en febrero.