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Djokovic pierde batalla legal contra Australia y es deportado

Novak Djokovic dijo que se tomará un tiempo para descansar debido a la decisión tomada por las autoridades de Australia

Novak Djokovic partió este domingo de Australia después de que la justicia rechazara su recurso contra su deportación ordenada por el Gobierno, que consideró que el número uno mundial del tenis representaba un “riesgo para la salud” por no haberse vacunado contra COVID-19.

La decisión, tomada por unanimidad por los tres jueces del Tribunal, echó por tierra definitivamente las esperanzas del serbio de 34 años de ganar su 21º título de Grand Slam, en el Abierto de Australia, que comienza el 17 de enero de 2022 próximo.

Estoy muy decepcionado. Respeto la decisión del tribunal y cooperaré con las autoridades pertinentes en relación con mi salida del país. Ahora voy a tomarme un tiempo para descansar y recuperarme”, dijo Djokovic poco antes de abandonar Melbourne.

Djokovic obtuvo permiso para salir del centro de detención en el que fue internado el sábado y vio la audiencia de cuatro horas por internet desde las oficinas de sus abogados en Melbourne.

En sus conclusiones ante el Tribunal el sábado, el Ministro de Inmigración, Alex Hawke, había argumentado que la presencia de Djokovic en el país era “probablemente un riesgo para la salud”.

Dijo que fomentaba el “sentimiento antivacunas” y podría disuadir a los australianos de recibir vacunas de refuerzo a medida que la variante Ómicron se extiende rápidamente por el país.

Aunque calificó de “insignificante” el riesgo de que el propio Djokovic infecte a los australianos, el ministro dijo que su “desprecio” de las normas sanitarias contra COVID-19 constituía un mal ejemplo.

Este domingo, en el Tribunal, los abogados de “Djoko” calificaron de “ilógica, irracional e irrazonable” la detención y posible deportación de su cliente, pero no lograron convencer a los tres jueces del Tribunal Federal que rechazaron por unanimidad el recurso, sin posibilidad de apelación.

Detenciones de Djokovic

Novak Djokovic fue detenido a su llegada a Australia el 5 de enero y puesto inicialmente en detención administrativa.

El jugador, que contrajo COVID-19 en diciembre, esperaba una exención para entrar en el país sin estar vacunado, pero las autoridades no aceptaron esta explicación.

El Gobierno australiano sufrió un humillante revés el 10 de enero, cuando un juez bloqueó la deportación de Djokovic, restableció su visa y ordenó su liberación inmediata.

Pero el Ministro de Inmigración contraatacó el viernes y canceló su visa por segunda vez en virtud de sus poderes discrecionales, alegando “razones de salud y orden público”.

En un comunicado publicado el miércoles, el tenista admitió haber rellenado incorrectamente su declaración para entrar en Australia.

Restricciones por la pandemia

Los australianos soportan desde hace casi dos años algunas de las restricciones más duras del mundo contra COVID-19.

La sólida política de protección de fronteras de Australia nos ha mantenido a salvo durante la pandemia. Los australianos han hecho grandes sacrificios para llegar a este punto y el Gobierno de Morrison está firmemente comprometido a proteger esa posición dijo el ministro de Inmigración, Alex Hawke.

Una postura diferente de la del presidente serbio, Aleksandar Vucic.

“Creen que con 10 días de malos tratos humillaron a Djokovic. Se humillaron ellos mismos, Djokovic puede regresar a su país con la cabeza alta y mirar a todo el mundo de frente a los ojos”, aseguró.

Para la ATP, que gestiona el circuito profesional masculino del tenis, la decisión judicial “pone fin a una serie de hechos profundamente desafortunados”.

Su puesto en el cuadro final del Grand Slam australiano será ocupado por el italiano Salvatore Caruso, número 150º del mundo.

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