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El Arte Marcial de las ocho armas: Muay Thai

El Muay Thai o Box Tailandés es un arte marcial originaria de Tailandia. Para el combate se utilizan puños, codos, patadas y rodillas. Las reglas son básicamente las del box: no golpes genitales, no mordidas y no cabezazos. 

 

Yo creo que al momento de pelear con alguien en un ring no sientes odio, es respeto. Porque es lo más semejante a ti mismo, es alguien igual de preparado, de tu peso, con las mismas ganas de ganar. Es como luchar contigo mismo. Para pelear hay que estar centrado y poder dar un buen espectáculo. El ring es el lugar donde dejas todo”, mencionó “Wini”, uno de los peleadores profesionales de este deporte de la Ciudad de México.

 

Alejandro “El Wini” Alcauter tiene siete años practicando Muay Thai, nueve peleas semi profesionales y dos profesionales. Inició su carrera en el Box Tailandés por el poco prestigio y demanda que tiene en México.

 

Hace unos años practicaba box y pues en este país casi todos quieren ser boxeadores y los maestros tienen muchísmos alumnos. Como que no ponen mucha atención a sus clases. La primera vez, me dejaron corriendo toda la clase porque se le olvidó al profesor. Me fui a otro gimnasio donde practicaban Muay Thai. Aunque yo no conocía, él luego luego me llamó la atención. En México hay peleadores con grandes carreras como Richard Cruz y no son tan cocidos como un boxeador o luchador. El Muy Thai, el K1 y el Kick Boxing son deportes con poca difusión en México y por lo tanto mal pagados”, aseguró el peleador.

 

El rin es cuadrado y hay unos cientos de personas que esperan el violento show que protagoniza “Wini”. Él sube al ring, viste una especie de falda romana con colores brillantes, y una piel cubierta de tatuajes.

 

Toca su esquina con el guante derecho y camina en contra de las manecillas del reloj con la mano pegada a la cuerda del ring. Al llegar a la siguiente esquina hace una reverencia y agradece a sus ancestros. Le da dos golpes a la esquina y simula cortar algo, como si su guante fuese un cuchillo. Su rival hace lo mismo, como un espejo en ring. Sin soltarse de la cuerda llega a la siguiente esquina, que es la del peleador contrario. Ahí se reclina y agradece al Kru (entrenador) contrario por preparar a su rival para tener una pelea justa. De nuevo le da dos golpes a la esquina y simula cortar la cabeza del entrenador, y con ella toda maldición en el ring. En la siguiente esquina agradece mentalmente al público por asistir al event. Al llegar a la suya agradece a su Kru por el tiempo y la preparación. Después, camina por el ring en espiral hasta llegar al centro para quedar de frente a su contrincante, que también llegó en espiral. El réferi dice las reglas básicas, suena la campanilla y la música de un clarinete con percusiones da inicio a la pelea.

 

Las pocas ganancias y las escazas audiencias van de la mano para que profesionalmente no lo quiera practicar la gente. Muchos prefieren ver las peleas en Facebook o YouTube que ir y pagar el evento, que en realidad es barato”, agregó Alcauter.

 

“Wini” está de pie y frente al otro peleador en el ring. Gira de repente. Las tablas de su falda parecen como el tutu en el ballet, girando perfectamente como parte de una coreografía donde el codo, que también viene con el giro, impacta directo en el rostro de su contrincante. Su rival retrocede con la boca sangrando, se incorpora y sigue la pelea. Los rodillazos llegan a las costillas y que se sumen hasta sacar el aire. 

 

Yo creo que el uso de la violencia para la solución de problemas no depende de ser o no peleador. Sí soy una persona temperamental, pero no creo que se tengan que mezclar mi vida personal con las artes marciales. Uno tiene que estar centrado para resolver los asuntos de la vida diaria”, comenta “Wini” para Once Noticias. 

 

Los poco espectadores de la lucha gritan, balbucean y dan consejos histéricos para que gane su peleador. El ambiente es familiar en algunas peleas, y en otras es un show en algún casino o antro. 

 

Cuando profundizas en las artes marciales te das cuenta que en México es parte de la cultura popular. Y pues en cierta manera uno lo trae. Después hay que agregarle la disciplina y el estar centrado, pero todo eso si se lleva a un nivel personal. Yo creo que nada es imposible para aquellos que luchan. Sé que suena de programación neurolingüística, pero pues en realidad, sí es echarle huevos y a partir de eso se puede avanzar. Cuando la banda se queda atascada es porque dejó de luchar”, concluyó Alejandro.

 

Por fin sonó la campana que dio el final a una pelea de tres rounds de tres minutos cada uno.  Al bajar del ring lo espera su familia con la sonrisa que merece una victoria a puño y rodilla.

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