Deportes

Inicia maratón rarámuri en la Sierra Tarahumara

Famosos por su resistencia, los rarámuris parecen volar sin esfuerzo entre los corredores calzados con zapatos mucho más sofisticados.

Este domingo, cientos de atletas aficionados partieron en un maratón en las montañas del noroeste del país, con la esperanza de medirse con legendarios corredores indígenas en una de las carreras de distancia más desafiantes del mundo.

La 20 Ultra Maratón Caballo Blanco comenzó en el pueblo de Urique, Chihuahua, con carreras de 80, 40 o 21 kilómetros, a través de los escarpados cañones de la Sierra Tarahumara. 

El evento brinda a las y los corredores de otras partes de México y de otros países, principalmente de Estados Unidos, la oportunidad de competir contra los mundialmente famosos corredores de fondo del pueblo indígena tarahumara, también conocidos como rarámuri (“pies ligeros”).

Esta comunidad, que vive en las laderas del cañón más profundo de México, de hasta mil 800 metros, ha desarrollado extraordinarios sistemas cardiovasculares, señaló el cardiólogo estadounidense Dale Groom en 1971, describiéndolos como “los espartanos modernos” y estimando entonces su población entre 30 mil a 50 mil personas (cifras aún actuales).

“Es algo más que una carrera. El espíritu es compartir, intercambiar entre culturas”, afirmó Fabio Meraz, responsable de turismo local.

Huaraches y vestidos de colores

La noche anterior a la carrera, la mayoría de los extranjeros durmió en hoteles o albergues y los tarahumaras en un campamento a orillas del Río Urique que corre por el fondo del cañón. 

No es la única diferencia. Los rarámuris partieron calzando huaraches, simples sandalias hechas con llantas de automóviles desechadas, sujetas por correas a las pantorrillas.

“Estoy acostumbrada a correr con estos huaraches. Casi no uso tenis. No se acostumbraron mis pies”, señala Irma Chávez, una de las participantes.

Las mujeres tarahumaras corren con vestidos de colores brillantes, mientras que los hombres llevan pantalones cortos blancos que ondean con el viento.

Famosos por su resistencia, los rarámuris parecen volar sin esfuerzo entre los corredores calzados con zapatos mucho más sofisticados.

Adiós a la nieve 

Este ultramaratón también tiene una función social de ayuda a una comunidad afectada por el calentamiento global. Los participantes serán recompensados con vales de comida.

Además de dinero para los primeros clasificados, se reparten toneladas de alimentos y semillas de maíz entre los indígenas que completen el recorrido.

Martín Chávez, el padre de Irma, lamenta la “pérdida de cosechas”, que atribuye al cambio climático.

Ya la lluvia es escasa. Llega cuando la milpa casi se está muriendo por el calor. Ya no vemos la nieve que antiguamente caía en nuestra Sierra Tarahumara” señaló.

Asimismo, la policía local y el Ejército aseguran el buen ambiente del evento, palpable durante el festival de danza y música del sábado por la noche.

A pocos kilómetros de Urique, en Cerocahui, en junio pasado, fueron asesinados dos jesuitas y un guía turístico. El presunto asesino sigue prófugo.

“No nos vamos”, afirma uno de los jesuitas de la Sierra, el padre Javier Ávila, señalando un hospital que atiende a la comunidad rarámuri en Creel, a tres horas en auto desde Urique.

Micah True

El Ultra Maratón Caballo Blanco debe su nombre a su fundador, Micah True, un estadounidense que lanzó la carrera en 2003. Su historia y su encuentro con la Sierra Tarahumara fue contada en un libro, “Born to run” (“Nacido para correr”), de Christopher McDougall.

True, quien murió en 2012, quería devolver lo que le había dado correr y el tipo de conexión que sentía con esta tierra y la gente de esta tierra: vivir con sencillez, compartir, ser amable, hacer lo correcto” explicó uno de sus amigos, Michael Miller.

Una estatua en memoria de Michael Randall Hickman, verdadero nombre de True, fue inaugurada el sábado por la noche frente al ayuntamiento de Urique.

Compartir es la verdadera riqueza. Hay mucho de eso en la cultura rarámuri con lo que se identificaba” apuntó Miller, quien asumió la dirección de la organización de la carrera con su esposa Kimberly.

Back to top button