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Julio Urías y Víctor González los héroes de los Dodgers

Han pasado 24 horas de que Los Dodgers de Los Ángeles se coronaran en la Serie Mundial de Beisbol, y la vibrante actuación de los mexicanos Julio Urías y Víctor González sigue siendo uno de los temas más comentados. Y cómo no serlo, si su labor en el sexto juego de la Serie Mundial de Las Grandes Ligas fue vital para que Los Dodgers conquistaran su séptimo cetro en el clásico de otoño.

 

El inició no presagiaba cosas buenas.

 

 

Primero Víctor González que olvido los nervios de un novato y retiro a sus cuatro enemigos recentando además tres ponches. Después tocó el turno para Urías, quien esta vez sí recibió la confianza de su manager Dave Roberts, el de Culiacán respondió con creces luciendo en cada lanzamiento con envidiable sangre fría para sacar los últimos siete outs y cumplir el sueño de guiar a su equipo al ansiado campeonato.

 

El equipo de Los Dodgers es muy famoso en México y uno viene creciendo se podría decir con esa familiaridad que es este equipo, que es este color azul, la verdad es que me siento contentísimo no tanto por mi sino por todos mis compañeros, por toda la afición la verdad que lo esperaron por mucho tiempo y lo cumplimos gracias a dios”, Julio Urías, pitcher de Los Ángeles Dodgers

 

 

Hoy todo es felicidad pero el camino al éxito conlleva muchos sacrificios y retos que van más allá del diamante, Julio Urías nació prácticamente con un guante y una pelota a su lado, el beisbol era el deporte familiar , su padre jugó en la Liga Mexicana y se encargaba de entrenar a equipos infantiles en su natal Culiacán, Sinaloa, eso facilitó las cosas para Julio, aunque su rival no estaba en los campos, el mayor reto en su niñez fue el tumor en su ojo izquierdo que muchos problemas le causó, aunque con el tiempo pudo ser retirado dejando como secuela poca visibilidad. Después de pasar por la academia de Los Diablos Rojos fue firmado por Los Dodgers a los 16 años y en su andar con la franquicia angelina, Julio acumula experiencias que lo ayudaron a forjar su carácter, una lesión de hombro que lo dejo fuera más de un año y un incidente de violencia domestica son situaciones de las que supo levantarse.

 

Los golpes de la vida también curtieron a su gran amigo Víctor González quien muy joven perdió a su papá, de Nayarit se mudó a Oaxaca para formar parte de Los Diablos cuando apenas tenía 15 años, en la academia de los Pingos encontró una familia y con la ayuda de sus managers y compañeros, olvido el trago amargo de la muerte de su padre a quien le prometió jugar algún día en Grandes Ligas. Promesa que cumplió cuando Los Dodgers lo firmaron en el 2012. Una cirugía en el codo lo hizo dudar de su talento, pero el apoyo de Julio Urías evitó que Víctor abandonara su carrera en el beisbol.

 

 

 

 

Por ahora, el desfile de campeones en Los Ángeles tendrá que esperar, pero no hay duda, que Los Dodgers se pueden ir preparando pues después de este capítulo su número de aficionados desde México volverán a repuntar tal como paso en 1981 cuando Fernando Valenzuela puso en marcha la fernandomanía.

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