Este domingo, miles de historias se entrecruzaron en cada uno de los kilómetros que comprende el
Maratón de la Ciudad de México, y muchas nos demuestran que nada es imposible.
Entre las más de 13 mil historias que dejaron huella, se encuentra la de
César Alejandro Araujo, un joven de 24 años que con síndrome de esclerosis múltiple desde los 7, corrió imparable gracias al apoyo de su madre Sonia.
Él decía mucho que cuando creciera quería ser un atleta profesional, pero pues a lo largo del tiempo no sabíamos lo que le iba a pasar en la vida; yo no sabía que esta enfermedad ya la tenía desde nacimiento, pero nunca se le detectó se le declaró hasta los 7 años y a esa edad dejó de caminar”, dijo Sonia Rubí Juárez, madre de César.
“Y lo apoyé y hasta aquí estoy gracias a Dios, es nuestro octavo maratón y pues hasta que Dios quiera”, continuó.
A las 3 de la mañana llegó la hora de alistarse para este reto; César y su mamá se amarraron los tenis, se colocaron su playera y desde Chimalhuacán fueron a Ciudad Universitaria.
A las 6:20 sonó el disparo de salida y con el fuego del pebetero del Estadio Olímpico Universitario iluminando su camino,
inició una aventura más para César y Sonia.
Es algo muy emocionante para mí, para mi hijo, darle ese orgullo y esa satisfacción de poder correr con él y pues me da mucha vida”, expresó Sonia.
“Me sentí bien, me sentí emocionado y feliz de que acabé la carrera y por la vida que le echen ganas las demás personas”, dijo César.
Tras 6 horas y 40 minutos, César y su mamá cruzaron la línea de meta; pero, más que el tiempo, lo importante fue la conquista que hicieron juntos de nueva cuenta.
Además de este ejemplo de amor y dedicación, asomémonos al color que nos pinta y regala,
Alejandro Ruiz Olivares, personaje conocido como “El Peluches”.
Dije, tiene que cambiar algo la carrera no, y empecé con unos peluchitos, una playera, varios y se me caía, hasta me ponía tres playeras y se deshacían, entonces dije, un chaleco, una chamarra o a ver qué aguanta porque se desgarraba y empecé a ponerle otro, otro, hasta que se llenó la casa”, comentó Alejandro Ruiz Olivares, “El Peluches”, corredor.
Tanto se llenó, que hoy porta hasta 200 peluches y más de 15 kilos, en cada carrera.
Prefiere añadir elementos con mucho color a su atuendo, porque, dice, eso le ayuda a proyectar alegría a los demás corredores.
Uno lo ve pasar y nos da como una energía extra, ese ánimo que él siempre está dando, pues la verdad es muy padre verlo y encontrarlo al señor Don Peluches”, añadió David Pérez, corredor.
Este colorido corredor es un veterano de las pistas y carreras en todo México.
Todo el año se mantiene activo, pero su preparación es muy distinta a la de la mayoría de los competidores.
Unos dos días me llaman para repartir tortillas en la bicicleta y ese es mi entrenamiento, repartir tortillas en bicicleta”, mencionó “El Peluches”.
Un corredor único que no se ha perdido, asegura, un solo maratón capitalino.
Corrí todos los de Ciudad de México, antes que se hiciera aquí el Maratón de la Ciudad. Corrí el de Coyoacán, tuve el honor de correr con el señor Rodolfo Gómez y me han invitado a Torreón, Veracruz, Monterrey, Yucatán, Oaxaca”, agregó.