Promotores, uno de los temas mas escabrosos en el futbol mexicano
Uno de los temas más escabrosos del futbol mexicano es la forma en que operan los llamados promotores, los agentes.
Lejos de fungir como impulsores de deportistas, se han convertido en una mafia con dudas y opacidad sobre los acuerdos con los que colocan a los jugadores, sean o no buenos, el porcentaje que se llevan de cada transacción, cómo manejan el fichaje, así como el dinero en torno a los jugadores extranjeros que llegan.
También está oculto una suerte de contubernio con técnicos y directivos en México.
Estos personajes, la mayoría con antecedentes oscuros, llevan décadas generando más preguntas que respuestas alrededor del balompié Nacional.
Con cada una de las transacciones, altas y bajas, se ponen en juego millones de dólares y los principales ganadores de la iniciativa, como sabemos, son los representantes, nunca los futbolistas.
En la Liga MX operan alrededor 111 agencias de jugadores, con al menos uno de primera división en su cartera de clientes, pero sólo se tienen registrados a 12 ante la FIFA.
De los 478 profesionales enlistados en la Liga MX, más de la mitad se encuentran en la cartera de clientes de diez agencias que destacan en el balompié mexicano y el resto se dividen entre 101 empresas.
La empresa Promofut concentra el 12% del mercado y su dirigente, Eduardo Hernández, es uno de los reconocidos como agente FIFA.
En el segundo y tercer puesto está Elite Sports y PitzGroup, cada una con 44 futbolistas.
En el cuarto lugar, con 27 jugadores, se encuentra Onze Sports y en el quinto, Cantera Latina, con 17 futbolistas.
En total, las diez agencias más destacadas de la Liga MX suman 267 futbolistas.
El monopolio que se ha creado en los últimos años con estas agencias nos hace recordar también el caso del último promotor poderoso del futbol mexicano, ahora dueño del club Querétaro, Greg Taylor.
Antes de salir a la luz, no había fotos, ni estaba registrado ante la FIFA como agente, pero todo el medio conocía de su existencia como el que tenía más jugadores y hacía negocios prácticamente con todos los equipos.
Taylor dictaba precio y condiciones, ponía y quitaba a estos deportistas no solo de primera división sino también de divisiones inferiores.
Se dice que Taylor solo se encuentra hoy a cargo de su Club, pero algunos medios señalan que esta persona sigue manejando decenas de jugadores.