El estadounidense Ronnie Baker consiguió una victoria con importancia simbólica y anímica al imponerse este viernes en los 100 metros de atletismo de Mónaco, del circuito de la Liga de Diamante, ante la mayor parte de las principales figuras de la velocidad.
A dos semanas de que los Juegos Olímpicos de Tokio (23 julio-8 agosto) se abran, los organizadores de la reunión monegasca habían conseguido reunir un casting de auténtico lujo. Pero fue finalmente Baker, con un tiempo de 9 segundos y 91 centésimas, el triunfador en el estadio Louis II, por delante del sudafricano Akani Simbine (9.98) y del italiano Marcell Jacobs (9.99).
Los otros dos representantes estadounidenses en los Juegos Olímpicos decepcionaron. Trayvon Bromell, que tiene el mejor tiempo del año (9.77), apenas fue quinto en Mónaco (10.01) y Fred Kerley fue sexto (10.15).
Ronnie Baker afrontará el reto olímpico de Tokio con buenas sensaciones.
Estoy con confianza porque sé que soy uno de los mejores velocistas del mundo, no tengo dudas sobre eso. He tenido muchas lesiones desde 2018 pero puedo todavía ir más rápido, ser más explosivo, y puedo todavía mejorar, sobre todo en mis treinta primeros metros”, señaló.
Las otras estrellas del programa de la reunión tuvieron distinta suerte.
El noruego Karsten Warholm impuso la lógica y sobrevoló los 400 metros vallas, aunque sin poder acercarse a su récord mundial.
El doble campeón mundial, que disputaba su segundo 400 metros vallas de la temporada, venció en el Principado con un crono de 47 segundos y 8 centésimas, que es un récord de la reunión, pero lejos de su plusmarca mundial (46.70), que estableció la semana pasada en Oslo, en otra de las citas de la Liga de Diamante.