Un día como hoy, pero hace 23 años, la halterofilista Soraya Jiménez participaba en los Juegos Olímpicos de Sídney, Australia, con la esperanza de llevar a México al podio olímpico, y lo logró.
La atleta mexiquense tuvo sobre sí la mirada de millones de mexicanos, pues su victoria fue un hito, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en obtener un oro olímpico.
En sus primeros intentos en la justa, Soraya se mostrabacon seguridad y determinación, sin embargo, la norcoreana Ri Song–Hui, era la clara favorita en la prueba de los 58 kilogramos.
En el último intento, la atleta levantaba la barra y la colocaba sobre su pecho con una expresión inolvidable, tras la cual tomó una última bocanada de aire y levantó los brazos para conseguir la marca.
Ese día Soraya levantó 222.5 kilogramos en total, con lo que se impuso a la coreana Ri Song-Hui (220.5 kg) y a la tailandesa Kasharaporn Suta (210 kg); así se convirtió en la primera mexicana en conquistar una medalla de oro olímpica.
La medalla de oro de Sidney 2000 le costó muy caro, ya que desde ese momento, y a sus 23 años, Soraya acumuló en su historial clínico 14 operaciones en la pierna izquierda, varios paros cardiorespiratorios y la pérdida de un pulmón.
Lamentablemente, la atleta nacida en Naucalpan, Estado de México, falleció en al año 2013 a sus 35 años, cuando un infarto agudo al miocardio la dejó sin vida en su departamento en la capital del país.
Su legado y su dedicación, así como su hazaña vivirán en los corazones de las y los mexicanos, pero, sobre todo, de las nuevas generaciones de mujeres atletas olímpicas.
