Xavi Hernández debutó en el banquillo del Barcelona con un sufrido triunfo 1-0 en el derbi contra el Espanyol (11º), este sábado en el Camp Nou, situándose sexto en la Liga, a ocho puntos del líder provisional Sevilla.
El antiguo centrocampista de leyenda sorprendió con su alineación, principalmente por la inclusión del joven Ilias Akhomach, de 17 años, pero fue el holandés Memphis Depay el que marcó el gol del triunfo gracias un penal que forzó él mismo (48) en una acción muy discutida por los jugadores del Espanyol.
Parece que el brillo y el estilo necesitarán de paciencia en un Barcelona que sobrevive con lo que tiene. En la primera parte los jugadores se mostraron disciplinados y emprendedores, pero en la segunda terminaron defendiendo como podían ante un Espanyol que dispuso de una batería de ocasiones para igualar.
Hasta 75 mil personas acudieron al Camp Nou -en algunos partidos de la etapa de Ronald Koeman había la mitad de público- para celebrar el regreso del hijo pródigo.
Pero sin Ousmane Dembele, Pedri y Ansu Fati, la plantilla del Barcelona muestra sus límites. Y Xavi recurrió a Ilias, al que vio marcar un doblete con el filial el día que aterrizó de Catar para hacerse cargo del primer equipo.