El Gobierno Federal de Alemania activó este jueves el segundo nivel del plan nacional de emergencia de gas, pasando a la fase de alerta, ante la reducción del suministro gasístico de Rusia, anunció el vicecanciller y el ministro de Economía del país, Robert Habeck.
El ministro alemán precisó que el país actualmente atraviesa una interrupción en el suministro de gas.
“Incluso si no lo perciben de esa manera, estamos en una crisis de gas. A partir de ahora, el gas es un bien escaso en Alemania”, declaró Habeck, dirigiéndose a la ciudadanía.
Habeck aseguró que los suministros están garantizados de momento, pero advirtió a los ciudadanos contra “una falsa sensación de seguridad”.
Al mismo tiempo, precisó que a las empresas energéticas no se les permite, de momento, aumentar los precios de gas para los consumidores, medida que solo puede llevarse a efecto ante una “reducción considerable de la cantidad total del gas importado” a Alemania.
La semana pasada, la empresa estatal rusa Gazprom advirtió que se ve obligada a reducir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream, una de las principales rutas de suministro de gas ruso a Europa.
Según indicó la empresa, el motivo se debe a que la compañía alemana Siemens aún no le había devuelto el equipo técnico utilizado para bombear el gas, que se encontraba en reparación.
En su discurso, el ministro alemán opinó que la reducción de los suministros rusos supone “un ataque económico” orquestado por el presidente ruso, Vladímir Putin, para subir los precios de energía en Europa.
“Estamos luchando contra eso. Pero será un camino difícil que nosotros como país ahora tenemos que tomar”, expresó.
Aunque la nueva fase del plan no supone cambios drásticos con respecto al primer nivel, obliga a los agentes del mercado a mitigar las interrupciones mediante medidas a corto plazo e impulsar los suministros de gas de fuentes alternativas.