Todas las señales coinciden: la alta inflación y el bajo crecimiento económico global se mantendrán más tiempo del estimado y la afectación llegará a prácticamente todos los países, advirtieron especialistas internacionales.
Entre las causas, originalmente atribuidas sólo a la pandemia, suman ahora la invasión rusa a Ucrania y su impacto nocivo en los precios de energéticos y sus derivados.
Además, las mercancías no llegan a su destino, otras permanecen estancadas en puertos saturados, como Shanghai, y muchos más bienes ni siquiera se producen por falta de insumos.
Los precios del petróleo van a subir. Y también los precios en las gasolineras para los consumidores, los precios de la electricidad, todo, todo se volverá más caro”, expuso Livia Gallarti, analista de mercados energéticos.
Moscú ha disminuido en más de tres millones de barriles su producción diaria de crudo y sus exportaciones seguirán a la baja, con China e India como únicos clientes.
“Estimamos que la producción de petróleo ruso ronda los 9.7 a 9.5 millones de barriles por día. Y se reducirá aún más, a medida que el cuarto paquete de sanciones europeas entre en vigor”, dijo Livia Gallarti.
En Estados Unidos, donde el ritmo de inflación anual proyectado en más de 8% superaría al de México por primera vez en la historia, la reserva federal decretó un aumento de medio punto porcentual en su tasa primaria.
Definitivamente la Reserva Federal está detrás de la curva inflacionaria. Pensó que la inflación sería transitoria, de corta duración, pero en realidad es un poco más difícil de lo previsto”, agregó Sam Stovall, jefe de Inversión en CFRA Research, NY.
Cuando los precios suben demasiado rápido, el Banco Central puede enfriar la economía subiendo las tasas para alentar a las personas a ahorrar.