“Es un tiro en el pie” aseguró Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Economía, sobre las implicaciones que podría traer consigo una subida arancelaria por parte de Estados Unidos, como lo ha sugerido en días recientes el presidente electo de aquel país, Donald Trump.
Las afectaciones de las exportaciones de México se verían reflejadas sobre todo en las empresas estadounidenses, específicamente las del sector automotriz que radican en México, como: General Motors, Stellantis y Ford.
“Cuando dice el presidente Trump ‘voy a ponerle a México 25% porque exporta demasiado a EUA’, lo que está diciendo es ‘vamos a ponerles un impuesto a las empresas norteamericanas más importantes del mundo porque producen en México y exportan a EUA’”, aseguró.
Ebrard explicó que los impuestos propuestos tendrían un impacto directo en las empresas, ya sea que el impuesto salga del bolsillo del consumidor o de la empresa. Sumado a esto, se perderían 400 mil empleos y se reduciría el crecimiento de Estados Unidos. “La estimación la hace la Secretaría de Economía con consulta al sector automotriz y de autopartes”, dijo.
“Nuestra estimación es que las pick ups van a subir 3 mil dólares por unidad en los Estados Unidos, allá en donde se está generando la medida. Explicarles a las y los ciudadanos estadounidenses que el impacto de esta medida es en contra del consumidor y de las tres más grandes empresas automotrices norteamericanas, por eso decimos que es un tiro en el pie”, detalló.
Propuestas
Para hacer frente a este contexto, la visión a futuro, explicó Ebrard, es convertir a América del Norte en el bloque más seguro, productivo y competitivo del mundo. “Vamos a crear una región más fuerte y no un conflicto o una división”, apuntó.
La propuesta de México se basa en tres pilares:
- Estabilidad regional
- Prosperidad compartida
- Competitividad global
Antecedentes
El funcionario recordó que el precedente de imponer aranceles a las importaciones se remonta a la política seguida por Estados Unidos en la década de 1930. “Se inició una guerra comercial que, a la postre, redujo el comercio y provocó muchos problemas”, apuntó.
Después, la política más parecida sucedió en 1971, cuando Richard Nixon anunció un arancel de 10% a las importaciones, con un objetivo transaccional, es decir, para que los socios comerciales de Estados Unidos realizaran modificaciones a su política cambiaria.
Ebrard resumió que las medidas impuestas en aquellos años generaron un incremento en los precios de los productos importados y una reducción en el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses, por lo que la medida sólo duró cuatro meses.
“Ahora los efectos serían mucho mayores, porque en 1971 Estados Unidos solamente importaba 3.4% de su PIB y hoy importa casi 13%”, señaló.