El presidente Joe Biden aseguró este miércoles que la prohibición de las importaciones de petróleo ruso en Estados Unidos no está “fuera de la mesa” como represalia por la invasión de Ucrania.
“Nada está descartado”, dijo a los periodistas cuando se le preguntó si el petróleo podría ser el próximo objetivo de las sanciones sin precedentes de Estados Unidos y Occidente contra Moscú.
Washington, junto con la Unión Europea (UE) y otros aliados, ya impuso sanciones destinadas a castigar la moneda rusa, el sector bancario, las aerolíneas y otros objetivos.
Pero los conservadores estadounidenses reclaman con fuerza una medida contra los hidrocarburos, que sería una sanción simbólicamente fuerte y, a priori, sin consecuencias graves para Estados Unidos, pues también es un gran productor de petróleo.
Pero Europa depende en gran medida de las importaciones rusas de hidrocarburos, en particular del gas natural.
Según la Federación de Productores de Combustibles y Petroquímicos de Estados Unidos, el país importó en 2021 un promedio de 209 mil barriles diarios de crudo ruso y 500 mil de otros productos derivados del petróleo.
Rusia representa 3% de las importaciones totales de crudo de Estados Unidos, de acuerdo con la misma fuente.
Por su parte, Ottawa anunció el lunes la prohibición de todas las importaciones de crudo ruso.