El inicio de un nuevo año trae consigo la emoción de flamantes comienzos y también algunos finales, contexto en el que es común celebrar reuniones o hacer compras que comprometan las finanzas personales.
Al respecto, el investigador de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Norman Jonathan Wolf del Valle, recomendó tener prudencia en los gastos que hacemos durante la recta final de este 2023.
El especialista comentó que, en esta temporada, muchas de las familias mexicanas cuentan con exceso de liquidez, producto del pago de aguinaldo, compensaciones, cajas de ahorro y bono anual, razón por la cual hay más tentación de gastar en exceso.
Fin de año es la época perfecta para racionalizar nuestro consumo, es decir, analizar qué cosas son necesarias, cuáles pueden reutilizarse y qué gastos aplazar.
Ser prudentes en el uso de tarjetas de crédito y cuidadosos ante las ofertas y promociones como los “meses sin intereses” puede darle un respiro saludable a nuestros bolsillos, pero para el experto, la planeación es la clave.
“Lo mejor es elaborar un presupuesto para priorizar necesidades, en donde se puedan ver en blanco y negro, los ingresos y los gastos para dimensionar nuestra capacidad real de consumo. Esta opción nos permite equilibrar ambos rubros”, sugirió el universitario.
El pago de una deuda, realizar alguna inversión, remodelar la casa o ponernos al corriente en la liquidación de algunos servicios, impuestos y colegiaturas, pueden ser buenos ejemplos de gastos prioritarios.
Entre las necesidades o prioridades se pueden considerar también las vacaciones o la compra de algún obsequio como parte de nuestras necesidades emocionales y de esparcimiento, pero sin salirse de un presupuesto asignado.
Sin educación financiera
El especialista universitario reconoció que la mayoría de la población mexicana carece de disciplinas y educación financiera para elaborar un presupuesto familiar, por lo cual, se suelen administrar los recursos de manera intuitiva.
Por lo anterior, Wolf del Valle sugirió identificar si los ingresos son semanales, quincenales o mensuales, e incluir aquellos extraordinarios o esporádicos como el aguinaldo o el fondo de ahorro.
“Elaborar una lista de lo que se tiene planeado gastar o invertir, anotando de lo más indispensable a lo menos importante. Hay que darle prioridad a la alimentación, vestido, vivienda, educación, transporte, telefonía, gasolina y el pago de servicios de internet, porque hoy en día es un tema indispensable para las comunicaciones”, subrayó.
Rigurosidad en el ahorro
Es importante mantener rigurosidad en el ahorro; se estima que, si una persona ahorra 10% de su ingreso durante su vida laboral, al término de su edad productiva puede tener un monto de capital que le permita contar con un rendimiento mensual similar al que fue su ingreso promedio. “Si bien no es garantía para vivir de manera digna, sí es un buen colchón”, abundó el especialista.
Otra recomendación, anotó, es contar con diferentes “cajones de ahorro”, desde planear viajes en vacaciones, la fiesta de graduación, o adquirir un vehículo o casa, hasta uno de los más importantes: el retiro.
“Debemos pensar cuántos años vamos a trabajar y ser productivos, así como planear el nivel de ingresos que se va a requerir para tener una vida digna e independiente después de la jubilación”, reiteró.
Wolf del Valle comentó que la UNAM cuenta con un programa de finanzas personales, a través de la plataforma COUSERA, que dispone de cursos gratuitos, con temas sobre presupuesto familiar, ahorro, inversión, crédito, consumo responsable y contratación de seguros, que son las cuestiones mínimas que deberíamos considerar.