Sobrepasada, notablemente, ya por la pandemia de COVID-19, en estos momentos la intervención militar de Rusia en Ucrania es la noticia mundial más impactante a nivel mundial.
Más allá de que existan o no motivos, de que cada quien tenga su propia verdad de los hechos, o de lo temerosos que estemos en todo el mundo por las consecuencias de esa crisis, la realidad es que es un hecho no apto para un mundo civilizado. Al problema bélico debemos adicionar el aumento que se tiene hoy en día, en los precios internacionales del petróleo. Esta situación afecta más a los países más pobres, o bien, a los países en donde sus economías dependen de los hidrocarburos.
Quizás si los países fueran autosuficientes energéticamente, sería más pacífico nuestro mundo. O al menos se sentarían las bases de una nueva forma de entendimiento mundial, en donde los energéticos no fueran la moneda de cambio. Y aquí resulta importante retomar el tema de Ucrania. No por lo lamentable de la guerra, sino porque se observó que a partir de ese problema los costos mundiales del hidrógeno verde han disminuido significativamente.
Pero a todo esto, ¿qué es exactamente el hidrógeno como combustible?, ¿qué es el hidrógeno verde? El hidrógeno es el elemento químico más pequeño de la tabla periódica. Está contenido en los hidrocarburos y alcoholes. Inclusive el agua posee hidrógeno en su estructura molecular, que puede ser liberado a través de procesos asistidos eléctricamente, como es la electrólisis.
Desafortunadamente, al hidrógeno no lo podemos encontrar de forma aislada en la naturaleza, se requiere aplicar energía adicional para tenerlo disponible, de ahí que se le denomine como un vector energético; es decir, el hidrógeno no existe de forma pura en el planeta, sino que está unido a otros elementos formando compuestos químicos. Pero, afortunadamente, existen métodos convencionales y nuevos, para la obtención de hidrógeno negro, azul y verde.
El hidrógeno negro es producido con petróleo o carbón mineral. Fue por mucho tiempo la única forma de producirlo; el hidrógeno azul es el de mayor producción actualmente, y se obtiene junto con el gas natural; el hidrógeno verde es el verdadero combustible sustentable porque se genera utilizando energías renovables.
Según dio a conocer la BBC, su capacidad calorífica y energética es tres veces mayor que la gasolina; es decir, el poder calorífico inferior del hidrógeno es 119.9 MJ/kg, y el de la gasolina es de 44.5 MJ/kg, detalló el “Estudio comparativo del uso de hidrógeno frente a combustibles fósiles en motores de combustión interna en buques” de la Universidad de La Coruña, España.
En este sentido, el hidrógeno es el combustible más limpio que existe porque produce agua después de su combustión. Además de poderse utilizar en motores de combustión interna, el hidrógeno está pensado para vehículos o dispositivos eléctricos, a través de las celdas de combustible.
Este dispositivo convierte la energía química del hidrógeno y del oxígeno, en electricidad, sin llevar a cabo ningún proceso de combustión. Al final se produce energía eléctrica, calor y agua, sin que exista explosión de por medio.
El hidrógeno verde es el futuro de la suficiencia energética de los países. Para lograrlo, existen en el mundo universidades y grupos de investigación enfocados en la producción, almacenamiento y usos del hidrógeno verde. En México, el Instituto de Energías Renovables de la UNAM, el IPN y la UAM, así como otras universidades públicas, privadas y centros de Investigación están orientados al desarrollo de proyectos científicos y tecnológicos del hidrógeno verde.
A medida de que cada país del mundo dependa menos de los hidrocarburos, tendremos sociedades más justas, con mayor igualdad en la distribución de la riqueza y desde luego, un medio ambiente con menos dióxido de carbono que provoca el cambio climático. Y podemos pensar que los problemas entre los países disminuirán, al menos los relacionados con las causas-efectos de los energéticos.